Chávez implanta el racionamiento
Ante la escasez de alimentos anuncia la creación de la «cédula del buen vivir» para evitar el consumismo
Ya falta poco para que Venezuela y Cuba sean «la misma cosa», como lo aseguró Raúl Castro recientemente en Caracas. Su aliado Hugo Chávez acaba de anunciar la creación de la «cédula del buen vivir», parecida a la cartilla de racionamiento cubana, un día después que el agricultor Franklin Brito muriese de inanición por la huelga de hambre que llevó a cabo contra la expropiación de su finca.
Incluso la muerte del venezolano Brito crea un paralelismo entre Caracas y La Habana. La periodista cubana Yoanni Sánchez escribió en su blog: «Parece que a Hugo Chávez le ha surgido su propio Orlando Zapata», quien también murió por una huelga de hambre en febrero pasado por protestar la condición de los presos políticos cubanos.
La cartilla de racionamiento cubana que en su versión moderna el presidente Chávez planea implantar es una tarjeta de crédito digitalizada y se utilizará exclusivamente en la red estatal de mercados y abastos.
«Estamos inventando una cédula y no es la de identidad. Una cédula con la que tú vengas, te lleves lo que te vas a llevar y te descuenten. No es consumismo, es consumo de lo justo, lo necesario», dice Chávez.
El presidente del Banco de Venezuela, Humberto Ortega, afirma que dentro de 15 días los centros de abastecimiento público estarán habilitados con los terminales electrónicos o los puntos de venta con estas tarjetas de racionamiento.
Ortega sostiene que estas tarjetas de crédito serán utilizadas por las personas que tengan cuenta de nómina y cobren su salario a través del Banco de Venezuela. También tendrá una financiación a 24 meses de plazo con una tasa de interés inferior a la de la banca privada.
Elecciones el día 26
Chávez crea la tarjeta de crédito o de racionamiento de alimentos en momentos en que Venezuela va por su segundo año de recesión —la caída fue de 3,5 por ciento del PIB en el primer semestre del año—, tiene la más alta inflación de la región —18 por ciento—y hay
un desabastecimiento de los productos básicos alimenticios.
Además, la producción agropecuaria nacional ha caído más del 50 por ciento. La patronal Fedecámaras ha denunciado que las expropiaciones e invasiones de fincas productivas que han afectado a más de dos millones y medio de hectáreas, entre ellas las de Franklin Brito, ha creado el abandono de la tierra. «Ya nadie invierte ni produce», por lo que el país se ve obligado a importar alimentos.
Siguiendo los consejos de Castro, Chávez dijo —coincidiendo con el entierro de Franklin Brito— que va a radicalizar su revolución. Un hecho que puede consumarse tras la celebración de las elecciones legislativas del próximo 26 de septiembre. Para los 165 candidatos de la oposición aglutinada en torno a la Mesa de la Unidad Democrática la lucha planteada en los comicios es la de dos sistemas: el comunismo de Chávez o la democracia de la oposición.
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