El centroderecha redobla su apuesta de gobernar en Portugal sin la ultraderecha de Chega

«El Partido Socialista ha sufrido una derrota clamorosa, porque ha pasado de la mayoría absoluta a menos del 30%», dijo, alabando el momento histórico del CDS-PP, que vuelve al Parlamento tras una legislatura sin diputados.

«Espero que todos estén a la altura», subrayó Melo - «Viva la Alianza Democrática, viva Portugal»- ante los dos centenares de simpatizantes presentes en la sala, que empezaron a corear la canción de la campaña electoral: «Ahora es el momento de hacer que mi país cambie».

Si no fuera por los potentes altavoces de la sala, se podría oír el nudo en la garganta de los votantes de AD, que lo celebraron en el Portugal continental, con sólo unos cientos de votos más que el Partido Socialista. De hecho, cuando se cerraron los resultados, el Partido Socialista fue el más votado de la noche porque la Alianza Democrática no se presentó en la circunscripción de Madeira, donde el PPD-PSD y el CDS-PP se presentaron en coalición sin el PPM.

Sin embargo, cuando se sumaron los votos, la Alianza Democrática obtuvo el 29,49%, con 79 diputados, y el Partido Socialista el 28,66% con 77 diputados, una diferencia de menos del 1%. Luís Montenegro entró en la sala al son de la música de campaña y los aplausos.

Empezó dando las gracias a sus seguidores y al pueblo portugués, alabando el civismo de la sociedad lusa, refiriéndose a la tasa de abstención, que sólo rondó el 33%, una cifra históricamente baja en los últimos 30 años de democracia.

Montenegro saludó a los candidatos y se proclamó Primer Ministro de Portugal, porque «ganar es tener un voto más» y «parece incontrovertible que la AD ganó las elecciones y el PS las perdió», dijo.

Interpretando el voto portugués, Montenegro justifica la (pequeña) victoria por el deseo de «un cambio de gobierno, de políticas» y de que «los partidos den prioridad al diálogo», dado que el sistema político portugués se ha balcanizado, obteniendo Chega (extrema derecha) el 18% de los votos.

A falta de finalizar los resultados de la emigración, la «Alianza Democrática habrá recuperado unos 200.000 votos respecto a 2022», dijo. Montenegro espera ahora que Marcelo Rebelo de Sousa le proponga para formar gobierno. Pero, el «compromiso exigirá una gran capacidad de diálogo y tolerancia democrática, cumpliendo las bases del programa de gobierno que ganó».

Se centró en las promesas económicas de la campaña electoral, crecimiento, mejores salarios, que los jóvenes no tengan que emigrar, reducir la presión fiscal sobre las rentas del trabajo, «seguridad y dignidad para los pensionistas».

Pidió «sentido de la responsabilidad» a los diputados electos para que AD pueda gobernar. Aclaró que acudirá al Presidente de la República «para notificar su voluntad de ser gobierno», de acuerdo con «la representación conferida por el pueblo portugués», es decir, con mayoría relativa y en negociación con las demás fuerzas parlamentarias.

Ante los periodistas, reforzó su compromiso de no gobernar con Chega. Cargó la responsabilidad de la ingobernabilidad sobre el Partido Socialista, al que pidió que «respete la voluntad del pueblo portugués y no forme una alianza negativa» con la extrema derecha.

Mezclada con periodistas y reporteros gráficos, la multitud de simpatizantes comenzó abucheando el discurso de Pedro Nuno Santos, retransmitido en una pantalla de plasma en el hotel Epic Sana Marquês, sede de la Alianza Democrática, durante la noche electoral. Pero escucharon con atención, porque a estas horas no hay nada seguro para el futuro de Portugal.

Las elecciones legislativas de 2024 han hecho que el panorama político sea menos transparente que antes. «El Partido Socialista ya ha declarado varias veces que no aprobará los presupuestos de AD, que no dará el papel de la oposición a Chega», dijo el secretario general de los socialistas.

Nuno Santos satirizó la gran victoria de Alianza Democrática. Si se «excluye a Chega», «la izquierda tiene más diputados que la derecha», dijo. Casi parecía como si el líder socialista, ante los resultados, prefiriera no gobernar. Por un momento, pareció que la derrota del Partido Socialista era más agradable que la victoria de AD.

«Vamos a renovar personas, ideas y programas», dijo Nuno Santos, refiriéndose a recuperar votantes. Descartó la formación de una mayoría de izquierdas que apoyase un gobierno liderado por el Partido Socialista. «Cualquier solución de este tipo sería rechazada por toda la derecha», comentó el líder socialista.

Nuno Santos aceptó su derrota electoral. «El Partido Socialista será la oposición», dijo ante la Sala Londres del Hotel Altis de Lisboa. A pesar de la derrota, el socialista fue claro: «Nuestro camino empieza ahora, hoy».

Ahora le toca a Marcelo Rebelo de Sousa escuchar a los partidos y sugerir la formulación de un gobierno.