«Soy el responsable de la persecución a los gays cubanos», admite Fidel Castro

«Si alguien es responsable, soy yo», señala el dictador cubano en una larga entrevista con el diario mexicano «La Jornada» divulgada este martes, la primera que ofrece a un medio impreso desde su regreso a la vida pública, tras permanecer recluido desde 2006 por una larga enfermedad. Castro respondió al periódico mexicano que durante las décadas de los años sesenta y setenta «no me podía ocupar de ese asunto… Me encontraba inmerso en la crisis de octubre (1962), la guerra, las cuestiones políticas».

En la primera etapa del castrismo, los homosexuales eran acusados de contrarrevolucionarios y enviados a los campos de trabajo forzado conocidos como Unidades Militares de Ayuda a la Producción. Más adelante, los artistas gays eran marginados o forzados al exilio. Esta discriminación tiene una amplia filmografía, como la película «Fresa y chocolate» (1994).

«Fueron momentos de una gran injusticia… Estoy tratando de delimitar mi responsabilidad en todo eso porque, desde luego, personalmente, yo no tengo ese tipo de prejuicios», puntualiza Castro en la entrevista. Es vox populi que en la cúpula del régimen cubano hay homosexuales. Pero el Partido Comunista de Cuba (PCC), del que Fidel Castro todavía es primer secretario, no especifica en sus estatutos la prohibición de discriminar a las personas por su orientación sexual.

Mariela Castro , hija del actual presidente cubano y directora del Centro Nacional de Educación Sexual, anunció hace unos meses su intención de reclamar al PCC que los homosexuales “no sean discriminados por su orientación sexual o de género”. La hija de Raúl Castro se ha convertido en una abanderada en la defensa de las minorías sexuales, promotora de las operaciones gratuitas de cambio de sexo y del reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo.

Aunque desde la década de los noventa, la homosexualidad está mejor tolerada en la isla, esta minoría sigue siendo blanco de los prejuicios y no ha dejado de sufrir el acoso de las fuerzas de seguridad. Muchos homosexuales o miembros de los movimientos protectores de sus derechos son detenidos bajo la ambigua acusación de “peligrosidad social predelictiva”. Es decir, los detienen por si cometen algún delito. Como ejemplo, el presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, denunció a abc.es la reciente detención del líder del movimiento LGTB, Aliomar Janjake, en el cuartel general de la policía política de Villa Maristas (La Habana), para tratar de intimidarlo ante la próxima celebración del festival gay anual.