La candidatura de Trump agudiza las turbulencias en el partido republicano
Muchos colocan buena parte del desempeño mediocre del partido en las legislativas sobre sus hombros
Corresponsal en Nueva York
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAunque nunca se fue, Donald Trump ha regresado. Desde que la gran mayoría del partido republicano -abrumado por la lealtad de la base electoral 'trumpista'- le libró el año pasado de culpas sobre el asalto al Capitolio y justificó su campaña para dar ... la vuelta a su derrota electoral en 2020, era evidente que el multimillonario neoyorquino volvería a por la Casa Blanca.
Trump ha trompeteado su candidatura a la reelección en los últimos meses, en la recta final de la campaña de las elecciones legislativas de la semana pasada. El martes por la noche, en Mar-a-Lago, su residencia y club privado en la costa de Florida, todo el mundo sabía cuál sería su «gran anuncio»: «La remontada de EE.UU. empieza hoy», dijo en la presentación de su candidatura para las presidenciales de 2024, ante un grupo de incondicionales.
No hubo nada sorprendente en el anuncio. La escenografía habitual que favorece Trump -profusión de banderas, suntuosidad en moldes, dorados y drapeados del salón de Mar-a-Lago-, su uniforme de batalla -traje oscuro, corbata roja- y los mensajes de siempre, reciclados para la próxima aventura electoral: la recuperación del pasado glorioso -el pasado ahora es su presidencia-, el descenso a los infiernos del EE.UU. de hoy -inflación, frontera desbordada, inseguridad-, la exageración sobre los logros propios, la idealización sobre los logros futuro, el 'establishment' contra el pueblo, «yo soy vuestra voz»…
-
Las elecciones parciales de EE.UU. noquean a Trump
David Alandete
Todo con la sencillez en el mensaje que convirtieron a Trump en un genio de la comunicación política: «Hace dos años éramos una gran nación y pronto volveremos a serlo otra vez», «esto no es una campaña, esto es una cruzada para salvar nuestro país».
Una versión menos enérgica
Sí sorprendió ver una versión menos enérgica, con menos pellizco, de Trump. Uno de sus ataques favoritos a rivales es acusarles de «poca energía» -así desbarató a Jeb Bush, su principal rival en las primarias de 2016- y es el flanco habitual por el que atiza a Biden. Pero Trump tuvo resbalones verbales y una presencia poco habitual en él: algo anodina.
Eso, sin embargo, está lejos de ser su mayor problema. Trump compareció con su capital político bajo discusión entre los republicanos. Muchos colocan buena parte del desempeño mediocre del partido en las legislativas sobre sus hombros: los candidatos impulsados por Trump en los estados decisivos, los que inclinan elecciones, fracasaron. Con otros candidatos, el Senado habría vuelto a sus manos y la mayoría en la Cámara de Representantes sería más amplia.
Las legislativas ahondan en el historial republicano bajo el liderazgo de Trump: desde su victoria histórica en 2016, los republicanos perdieron la Cámara en 2018, la Casa Blanca y el Senado en 2020 y han recuperado menos poder de lo esperado en un contexto favorable este año. Muchos analistas demócratas ven una candidatura de Trump en 2024 como un regalo.
Frente a esos resultados, en Florida se ha reivindicado Ron DeSantis, la estrella emergente del partido, alabado por todos, con el prestigio de haber librado la batalla cultural contra la izquierda y respaldado con fuerza por las urnas en su reelección como gobernador de Florida.
DeSantis sería una opción muy atractiva para muchos republicanos. Con los resultados de las elecciones calientes, algunas encuestan le colocan por encima de Trump entre el electorado conservador.
Críticas de medios amigos
Los medios que se han entregado a Trump en los últimos siete años -en especial, el imperio de Rupert Murdoch- también parecen querer pasar página. El 'New York Post' le atiza portadas críticas: en la de ayer, tras su anuncio, solo le mencionaba en la parte de abaja con un escueto y provocador 'Un hombre de Florida hace un anuncio' ('un hombre de Florida' es un chiste peyorativo en EE.UU.). En Fox News, su cadena amiga, interrumpieron el anuncio, y dedicaron muy poco tiempo a analizarlo.
Para coronar el ambiente, varios millonarios de los que financian campañas republicanas -Stephen Schwartzman, Kenneth Griffin- han dado señas de que apostarán por otros candidatos.
El expresidente goza de la lealtad de un 30-40% de los votantes republicanos, lo que le da una ventaja casi insuperable en unas primarias con varios candidatos
El problema para el partido republicano, resquebrajado por guerras internas en el Congreso tras las elecciones, no es que Trump pueda ser un mal candidato. El problema es que quizá no puede hacer mucho para remediarlo. El partido republicano sigue siendo el partido de Trump. El expresidente goza de la lealtad de un 30-40% de los votantes republicanos, lo que le da una ventaja casi insuperable en unas primarias con varios candidatos. Si DeSantis se animara a presentarse y fuera el único candidato fuerte, tendría que estar dispuesto a bajar al barro y jugarse su futuro político contra una bestia electoral como Trump. DeSantis solo tiene 44 años y puede esperar.
Trump ya ha dado su paso y ha sentado el tono de la campaña. Ahora es el turno de los republicanos gestionar qué hacen con él.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete