Chris Christie, la campaña anti-Trump de un republicano desmesurado
El exgobernador de Nueva Jersey se lanza a librar al Partido Republicano del control del expresidente estadounidense
Trump exige que se detenga la ayuda a Ucrania hasta que se investigue a Biden
Corresponsal en Washington
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Iniciar sesiónChris Christie es un hombre con una sola misión: cerrarle el paso a Donald Trump. Este político áspero, carismático e hiperbólico, que fue gobernador de Nueva Jersey durante dos mandatos, ha armado una campaña cuya razón fundamental de existir es ridiculizar constantemente ... al expresidente, del que fue aliado y consejero, hasta que rompieron por las falsas acusaciones de fraude y la fallida insurrección de 2021.
El lema oficioso de la campaña de Christie no lleva su nombre, sino el de su gran adversario: 'Vota Trump, para que vuelva a ganar Biden'. Al contrario que los demás candidatos republicanos, Christie no le teme a Trump. Le conoce bien, sabe de lo que es capaz, y asegura que los motes y sarcasmos del expresidente le tienen sin cuidado.
Cuando Trump dijo que sería capaz de resolver la guerra en Europa llamando por teléfono a los presidentes de Rusia y Ucrania, Christie bromeó: «Que baje Churchill, que sube Trump». Cuando Trump anunció que no iría a debates electorales en primarias porque todos le atacarían a él, Christie dijo: «Los niñatos y los perdedores suelen decir que la vida es injusta con ellos, y mira por dónde, Donald es ambos». Cuando Trump se burló del sobrepeso de Christie, bastante evidente, este respondió: «Ahora resulta que Donald es Adonis».
Meterse con Trump en el Partido Republicano cuesta caro, es algo que las bases no toleran. Y por ello Christie es, de los candidatos con cierto renombre, el que menos intención de voto acumula en los sondeos. Un escuálido 2% en la media que elabora RealClearPolitics, frente al 52% de Trump y el 20% del segundo, Ron DeSantis, el gobernador de Florida. La última encuesta, de Yahoo News, apenas le da un 1% raspado.
Tampoco ha logrado ingresar Christie una cantidad de fondos que le permita invertir generosamente en propaganda electoral, por lo que el candidato depende de entrevistas y redes sociales. En el segundo trimestre ha recaudado 1,65 millones de dólares. La campaña tiene 1,59 millones de dólares en efectivo y ninguna deuda.
En comparación, Trump ingresó 35 millones en el mismo periodo, una cifra en la que se incluye su campaña y su comité de acción política. Aun así, hay indicios de que tal vez Christie pueda tener un atractivo en parte de la militancia republicana desencantada con Trump. Según Maria Comella, asesora de su campaña, Christie recibió en ese periodo pequeñas donaciones de 40.000 personas en los 50 estados.
Christie (Newark, 1962) es doctor en derecho. Entró en política en 1994, como republicano moderado y fiscalmente conservador. En 2001 fue nombrado fiscal para el distrito de Nueva Jersey por el presidente George W. Bush, cargo que ocupó hasta la victoria de Obama en 2008. Su marchamo fue la lucha contra la corrupción política, logrando condenas o autoinculpaciones de más de 130 funcionarios públicos, tanto republicanos como demócratas.
En 2010 ganó las elecciones a gobernador de Nueva Jersey, derrotando al demócrata Jon Corzine. Tuvo dos grandes desafíos: los estragos causados por el huracán Sandy en 2012, un éxito, y el cierre del puente George Washington en 2014, un escándalo al parecer motivado por cuentas pendientes con los políticos de Nueva York y conocido comúnmente como 'bridgegate', que arruinó su imagen política. Se postuló para la nominación presidencial republicana en 2016, pero renunció después de los resultados de las primeras primarias (un 1,8% en los caucus de Iowa). Posteriormente, apoyó al eventual candidato y presidente Trump.
Despedido por el yerno
Antes de las elecciones de 2016, Christie fue el jefe del equipo de transición de Trump, encargado de facilitar el desembarco de su equipo en Washington si ganaba. Sin embargo, después de ganar contra todo pronóstico, Christie fue despedido sin contemplaciones. Crónicas periodísticas sugirieron que Jared Kushner, el yerno de Trump, fue quien tomó esa decisión. Su inquina hacia Christie viene de lejos. En 2005, como fiscal federal, procesó a Charles Kushner, padre de Jared, por evasión de impuestos, falsedad documental y contribuciones ilegales de campaña. Charles Kushner se declaró culpable y fue sentenciado a dos años de prisión. Varios biógrafos han revelado que Jared arrastra un evidente rencor.
Durante el mandato de Trump, Christie se mantuvo como un asesor informal de los muchos que rondaban al expresidente. Su nombre sonó para ministerios, embajadas y todo tipo de cargos, pero nunca se le encargó nada. La ruptura llegó en 2020. Varios libros publicados sobre la presidencia de Trump afirman que Christie llevó al entonces presidente al límite durante la preparación de sus debates electorales con Biden. En las jornadas de preparación, Christie fue el encargado de interpretar a Biden en los simulacros. Cuando Trump sacaba a relucir los escándalos de Hunter, hijo de Biden, Christie le respondió que su hija Ivanka y su yerno Jared están lucrándose en negocios personales mientras ocupaban cargos públicos a dedo en la Casa Blanca.
Según uno de esos libros, escrito por Jonathan Karl, de ABC News, Trump estalló ante esas acusaciones. «No voy a quedarme aquí sentado y aguantar toda esta mierda», dijo, mirando fijamente a Christie. Después Christie rompió con Trump tras la insurrección.
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