Brasil acoge un G-20 en medio de una escalada de tensiones con Israel

En su perfil de X (antiguo Twitter), el canciller Katz escaló la crisis al tildar la declaración de Lula como «un escupitajo en la cara de los judíos brasileños» y decir que no era demasiado tarde para que el presidente brasileño «aprenda historia» y «pida disculpas». El texto fue publicado después que Katz reprendió el lunes al embajador brasileño, Frederico Meyer, en hebreo, sin traducción, en el memorial del Holocausto, en Jerusalén.

El canciller brasileño, Mauro Vieira, que preside el encuentro del G-20 en Río, retiró a su embajador en Israel y calificó las declaraciones de su homólogo israelí de «inaceptables y falsas». Para Vieira, la forma en que Katz se expresó en relación al presidente Lula fue «insólita y repugnante» y una página «vergonzosa» en la diplomacia de Israel.

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No será la única tensión. El evento que reúne a las mayores economías del mundo, será también el escenario de otro embrollo diplomático importante pues supondrá el cara a cara entre el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, en un momento en que las relaciones entre Washington y Moscú están muy tensas. EE.UU., que apoya en esa guerra al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, prepara un paquete de sanciones contra Rusia tras la muerte del opositor Alexéi Navalni en una prisión en el Círculo Polar Ártico.

En medio de esos obstáculos, la Cancillería brasileña se ha esforzado para evitar que esos temas acaparen la atención y para colocar en la pauta su misión en este encuentro: reestructurar la gobernanza mundial, garantizar mecanismos de pacificación en un mundo en conflicto y fortalecer el papel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El embajador Maurício Lyrio, principal negociador de Brasil en el G-20, negó en una rueda de prensa que las declaraciones de Lula sobre el conflicto entre Israel y Hamás pongan en riesgo la agenda de Brasil en la reunión.

«Estamos apagando incendios. Con 183 conflictos en el mundo, la situación es tan catastrófica desde el punto de vista de los derechos humanitarios que la acción tiene que ser estructural», declaró Lyrio, recomendando una reforma efectiva de la ONU como un instrumento eficaz contra conflictos.

«Hay países que están a favor de reformar el Consejo de Seguridad, otros que están a favor de potenciar la Asamblea General, o fortalecer el Consejo Económico y Social. Brasil siempre ha estado muy abierto a la reforma en su conjunto. La ONU tiene que ser más representativa y estar más al día con las necesidades contemporáneas», añadió. Lyrio destacó que Lula y Brasil han pedido reiteradamente un alto al fuego entre Israel y Hamás y que instituciones de gobernanza global como la ONU son fundamentales para evitar guerras.

Para el catedrático Gunther Rudzit, profesor de relaciones internacionales de la universidad ESPM, en São Paulo, la crisis diplomática entre Brasil e Israel no debe afectar la reunión, porque pese a la repercusión internacional, no cambió en nada el panorama de ese conflicto. «El presidente Lula se equivocó al hacer esta comparación con Hitler y eso tendrá repercusiones internas, pero a nivel global, en el G-20, no es un tema central», declaró a ABC el analista.

Rudzit cree que esa polémica alimentará la política interna y se ha convertido en artillería para la oposición, que ya tramita en el Congreso una petición de destitución de Lula por su hostilidad hacia un país extranjero.

Por otro lado, el catedrático cree que hay una gran expectación por el encuentro entre Blinken y Lavrov en un momento en que la situación de Ucrania en el frente de batalla es muy mala. «Sólo el hecho de que se reúnan es un paso adelante, pero no se espera que haya ningún acuerdo al respecto y lo que hablen quedará entre ellos», opina.

El interés en estas dos grandes guerras, sin embargo, puede afectar avances concretos. Rudzit recuerda que en los dos últimos dos años los encuentros del G-20 no han sido eficientes en sus declaraciones finales, muy diferente de lo que el encuentro representó como alternativa para superar la crisis financiera del 2008 y 2009. «Hoy, los intereses son tan contrapuestos que no puede haber convergencia», explica.

Brasil ocupa la presidencia rotatoria del G-20 entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024. Durante ese período se realizarán cerca de 130 reuniones en 15 ciudades del país, la más importante de ellas, la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G-20, está previsto que se celebre entre los días 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro.