Borrell: «Europa se ha librado casi al 100% de su dependencia energética de Rusia»
Entrevista
El jefe de la diplomacia europea atiende a ABC en medio de las presiones a Alemania para que suministre carros de combate Leopard a Ucrania
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Pese a sus 75 años, Josep Borrell (La Pobla de Segur, 1947) no avista aún el fin de su carrera política. Su éxito en la defensa del constitucionalismo en Cataluña lo rescató de su jubilación y lo devolvió a la arena política: primero ... como ministro, y desde 2019 al frente de la diplomacia europea, alto cargo que el catalán ha revitalizado tanto como su figura política. Borrell ha recibido a ABC en el Ritz después de un par de días intensos de grandes recibimientos como el hijo pródigo que vuelve a casa por unos días. Visiblemente fatigado por su apretada agenda, el jefe diplomático de la Unión llega a la sala apurado y enganchado al móvil mientras discurre el encuentro en Ramstein (Alemania), donde el Grupo de Contacto para la defensa de Ucrania debatía el viernes sobre el envío de tanques pesados a Kiev frente al invasor ruso. Tildado a veces de poco diplomático –para bien o para mal es el sello Borrell–, el jefe de la diplomacia europea esta vez mide al detalle sus palabras y hasta torea algunas preguntas para evitar cualquier fractura innecesaria entre los Veintisiete: la unidad frente a Rusia es crucial para el futuro del continente.
—La Eurocámara acaba de aprobar una moción para fomentar un tribunal especial para Ucrania. ¿Tiene recorrido real?
—Hay un problema de responsabilidad, por lo que entendemos que son crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Esa responsabilidad se puede reclamar ante el Tribunal Penal Internacional o se puede pensar en un tribunal ‘ad hoc’, lo que tiene su complicación jurídica. Pero es un tema que tocará decidir a la escala de las Naciones Unidas. El Tribunal Penal Internacional ya está haciendo su trabajo, ya está recogiendo pruebas, aunque es cierto que ni Ucrania ni Rusia son firmantes del Estatuto de Roma y eso crea dificultades. Cualquiera que sea el método y el lugar, el proceso de paz pasa por la exigencia de responsabilidades a Rusia.
—Está aumentando la presión sobre Scholz para que ceda los tanques Leopard. A su vez, el canciller alemán pide que primero Washington haga lo propio con los Abrams.
—La UE está representada en Ramstein. Ramstein no es un centro de decisión. Es un centro de coordinación de las decisiones que cada estado toma libremente. Es cierto que el tema del suministro de tanques pesados a Ucrania está en la agenda de Ramstein. Yo personalmente creo que habría que hacerlo, pero son decisiones soberanas de los Estados.
—Enviar tanques, ¿para qué? ¿Para tener una mayor fuerza negociadora? ¿Para ganar la guerra? ¿Para retomar Crimea?
—Los tanques sirven para defenderse, pero también para atacar. La guerra de posiciones reclama capacidades mecanizadas que hoy en día no hemos suministrado a Ucrania. Simplemente para continuar haciendo la guerra hacen falta esta clase de armas.
—Polonia asegura que si Scholz se resiste tomará medidas no convencionales. ¿Cómo lo ve usted, que busca la unidad de los Veintisiete?
—Para buscar la unidad lo primero que tengo que hacer es no hacer declaraciones públicas que puedan romperla.
«El suministro de tanques pesados a Ucrania debe estar en la agenda de Ramstein, yo personalmente creo que habría que hacerlo, pero son decisiones soberanas de los Estados miembros»
—Según el Instituto Kiel, Alemania está cerca o por encima del Reino Unido en ayuda a Kiev, y ambos solo son superados por EE.UU., pero muchos ven que la torpe diplomacia de Scholz ha desperdiciado ese potencial. ¿En qué está fallando Scholz?
—No digo que esté fallando, eso lo dice usted. Los números cantan: la UE está haciendo un esfuerzo de apoyo a Ucrania muy grande, más en la parte civil y humanitaria que en la militar. De todas maneras el apoyo militar que cada estado presta a Ucrania solo lo sabe él. Ni yo ni el Instituto de Kiel lo sabemos exactamente, son estimaciones. Pero Kiel es una buena fuente de información, y dice que la UE en su conjunto ha superado los 50.000 millones de ayuda y nos coloca los primeros de la lista por encima de EE.UU. y el Reino Unido. Eso lo hacemos los europeos en su conjunto, que es a lo que me dedico, y no a la acción país por país.
—EE.UU. ha cambiado de posición y sostiene que Ucrania necesita poder atacar a Crimea para conseguir más fuerza negociadora. ¿Ve posible seguir intentando una salida negociada con Rusia? Si esa negociación se llevara a cabo, ¿qué líneas rojas pondría? ¿Promueve renunciar a Crimea?
—La UE no es parte negociadora. El que va a negociar es Ucrania, que es el país atacado y el que tiene que decidir los términos. Nosotros tenemos que apoyar a Ucrania para que vaya a la mesa de negociación en la mejor posición de fuerza posible. Y creemos que en esa mesa hay tres cuestiones clave: responsabilidades por los crímenes cometidos; el coste de la reconstrucción y la integridad territorial del país.
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—Se hablaba mucho de la crisis energética, y los efectos fatales del invierno no han sido tales. Las reservas han aguantado. ¿Pero prevé más amenazas potenciales que resquebrajen la respuesta europea?
—El invierno nos ha ayudado porque ha sido climatológicamente cálido y eso quiere decir menos consumo por unidad de bienestar. Pero vamos a ver cómo van las cosas. Hay que señalar algo muy importante a lo que quizá la prensa no le reconoce tanta importancia: Europa se ha librado casi al 100% de su dependencia energética de Rusia. Y el caso concreto de Alemania, que era uno de los países que más había contribuido a esa dependencia, se ha liberado al 100%. Alemania no consume ni gas, ni petróleo ni carbón ruso. Esto parecía imposible hace tres meses y demuestra la capacidad de adaptación de Europa.
—Ahora si Ucrania va a por Crimea o si se envían Leopard, Moscú puede otra vez amagar con las armas nucleares. ¿Pero cuánto le debe la UE y, sobre todo, el este a China por su seguridad?
—Rusia se comporta de manera muy irresponsable blandiendo la amenaza nuclear, pero creo que plegó velas porque, entre otras cosas, como usted dice China se manifestó claramente no solo en contra de su uso sino también de amenazar con su uso. En Nueva York, durante la UNGA [Asamblea General de Naciones Unidas], el ministro de Exteriores chino en nuestro encuentro bilateral, y lo repitió públicamente en la reunión del Consejo de Seguridad, que China no aceptaba que se sacara a relucir el arma nuclear. Y eso probablemente ha provocado un impacto en Rusia.
—Irán ha manifestado su disconformidad con la anexión del Donbass e incluso de Crimea por parte de Rusia. ¿Qué importancia tiene que los principales socios de Rusia no apoyen a Moscú en sus aspiraciones territoriales?
—No le apoya nadie en sus aspiraciones territoriales más allá de Bielorrusia, Rusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea, y no son precisamente grandes compañías. En todo el mundo ha habido 141 votos en contra de Rusia por la invasión a Ucrania y solo cinco votos a favor. El apoyo internacional a Rusia es mínimo y, como usted dice, ni siquiera Irán está en ello.
—Para bálticos, nórdicos y centroeuropeos varios, la supervivencia de Ucrania es algo existencial. ¿Eso no se entiende en algunos gobiernos?
—En Veintisiete países siempre encontrarás inseguridades por motivos históricos o simplemente geográficos y es lógico que cuanto más cerca estés del problema más afectado te sientes. El apoyo ciudadano es muy grande tanto en Lituania como en España donde ronda el 80 por ciento.
«El proceso de paz [en Ucrania] pasa por la exigencia de responsabilidades a Rusia»
—Hace un año, la UE aprobó la retirada de la licencia de emisión a RT (Russia Today) por suponer un arma de desestabilización tras la invasión, pero algunas voces consideraron que podía ser inútil y un atentado contra la libertad de expresión. Por ejemplo en verano, el Gobierno búlgaro expulsó a la mayoría del personal de la embajada rusa por ejecutar un programa de ‘influencer pagado’.
—Primero, Russia Today y otros medios estatales sancionados por la UE no pueden ser considerados como un exponente de la libertad de expresión. Vamos a ser serios. Es no saber qué es Russia Today ni Rusia. Rusia utiliza todos estos medios para difundir propaganda y llevar a cabo intencionalmente campañas de desinformación, incluso sobre su agresión militar contra Ucrania. La desinformación es algo que va contra la libertad de información.
—En Bruselas ya cuentan con entidades como EU vs Disinfo.
—Para trabajar contra la desinformación tenemos equipos que miran lo que sucede en las redes sociales para tratar de combatirlo. Claro que nos preocupa lo que usted llama ‘influencers’, gente que interviene replicando discurso oficial ruso. Pero no podemos cerrar internet a las personas que no nos gustan. Tenemos que seguir lo que se dice para contrarrestar esta información.
—Hungría sigue presionando para retirar las sanciones a Rusia. Mantener integrado a Hungría a bordo pese a tener esta posición, ¿es un éxito o un fracaso para la política exterior de la UE?
—La UE se ha mantenido sido remarcablemente unida y el país al que hace referencia ha votado toda las decisiones que han permitido imponer sanciones a Rusia. Si no lo hubiera hecho, no se habrían podido imponer porque requieren unanimidad. Lo que luego digan sus gobernantes no quita el valor fundamental de que eso ha sido posible gracias al voto a favor de todos.
«La UE no va a negociar. El que va a negociar es Ucrania»
—¿Qué les dice a los que, por un lado, piden más autonomía estratégica de la UE alejándose de la OTAN y EE.UU. y, por otro, exigen una rebaja del gasto en defensa?
—La autonomía estratégica de Europa no se construye alejándonos de la OTAN. Se construye aumentando el gasto militar, forma parte de la construcción de la autonomía estratégica que no va contra la OTAN, incluso para ser buen miembro de la Alianza. Cuando EE.UU. nos pide que aumentemos nuestro gasto militar al 2% no lo hace en nombre de la autonomía estratégica de la UE, sino de las responsabilidades de los Estados miembros de la OTAN. El aumento del gasto militar que se pide es un concepto distinto de la autonomía estratégica, que no va en contra de la OTAN sino que tiene que ver con la capacidad propia de los Estados de la UE para hacer frente por ellos mismos a situaciones en las que la Alianza no va a intervenir y para hacer más fuerte a la OTAN, porque nosotros también somos más fuertes.
—¿Hay un temor real de infiltración de Wagner no solo en el entorno de la UE como Serbia sino en los propios países miembros?
—Me consta la protesta que ha expresado el presidente de Serbia por los intentos de Wagner de reclutar personal en el país por parte de esos grupos. La UE tiene un conjunto de medidas restrictivas contra el propio Grupo Wagner, su líder e individuos y entidades conectadas a él.
—Después del ‘Qatar-Morocco Gate’ ha llamado la atención el voto esta semana de la delegación socialista en contra de la condena a Marruecos en la Eurocámara.
—El voto que tuvo lugar tenía que ver con muchas cosas aparte del ‘Qatargate’. Hay que dejar trabajar a la justicia. Los inculpados han hecho acuerdos con la justicia belga para declarar lo que saben. Mientras tanto mantengamos la presunción de inocencia.
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