Los bombardeos del Ejército de Israel silencian las celebraciones en Gaza

El Ejército israelí informó de que alcanzó al menos 50 objetivos en la Franja y de la muerte de un miembro de Al Nukhba, cuerpo de élite de Hamás que encabezó el ataque del 7 de octubre, en una de esas operaciones. La mayoría de ataques se centraron en la ciudad de Gaza. En las calles de la Franja el acuerdo fue el monotema, pero nadie quiere hacerse demasiadas esperanzas hasta que escuche la confirmación oficial de boca de Benjamin Netanyahu. El primer ministro de Israel ha demostrado desde el primer día que es quien tiene la última palabra.

Más de un millón de personas fueron obligadas por la fuerza a dejar sus hogares en el norte y buscar refugio en «zonas humanitarias» en el sur, donde se levantan campos con muy pocos servicios. En esos lugares viven con especial ansiedad el momento porque la llegada del acuerdo les abre la puerta de regresar a sus casas, o lo que queda de ellas. Ahmed Awadala, profesor de Física de 34 años refugiado uno de estos campos, piensa que «esta guerra es una catástrofe, en cuanto callen las armas volveré a la ciudad de Gaza, dejaré allí a mi familia y me iré directo al cementerio para llorar junto a la tumba de mi mejor amigo». Awadala no piensa abandonar la Franja, su intención es «intentar rehacer la vida que tenía antes del 7 de octubre».

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Salim Mahmoud, ingeniero de 30 años, también desplazado en el sur, dice que «gritaré como un loco cuando esto pare y, en el momento que me tranquilice, buscaré una casa para la familia, que no será nada fácil. A partir de ahora seremos fichas en el tablero de juego de Trump y Netanyahu, jugarán con nosotros». La cifra de muertos en Gaza, según las autoridades de la Franja, supera los 46.000 y hay miles de desaparecidos, muchos bajo los escombros de los edificios de donde no han podido retirar los cuerpos.