Con Biden tocado, Trump y los republicanos avivan sus ataques contra la 'risible' Kamala Harris

El expresidente ha liderado esos ataques. En un mitin en Florida esta semana, inauguró un nuevo mote contra Harris -'risible Kamala'-, algo que solo hace con sus enemigos preferidos. «Si Joe hubiera elegido a alguien medianamente competente, ya le habrían echado del Gobierno hace años», dijo Trump sobre el actual candidato y su vicepresidenta. «Pero no pueden porque ella tiene que ser su segunda opción», remató, en una crítica a la capacidad política de la primera vicepresidenta de EE.UU. y también la primera persona negra y asiática en el cargo.

Harris llegó a la presidencia tras una carrera política de prestigio -fiscal general en California, senadora- antes de acceder a la vicepresidencia. Pero muchos aliados de Trump han retratado a Harris en los últimos días como una persona incapaz -su campaña la ha bautizado como 'bajo coeficiente Kamala'- y que fue elegida por Biden por razones de género y de raza. «Tenemos que elegir entre un presidente mentalmente incompetente y una vicepresidenta DEI», dijo el diputado republicano Chip Roy, gran aliado de Trump en el Congreso. DEI son las siglas de 'diversidad, equidad e inclusión', un asunto omnipresente en las instituciones públicas y privadas de EE.UU.

Algunos han calificado a estos ataques de misóginos y racistas, aunque es cierto que en 2020 Biden eligió a Harris después de decir que su 'ticket' presidencial tendría como vicepresidente a una mujer de una minoría racial.

Biden ha insistido en que él será el candidato. También en su último mitin, este viernes, en el que volvió a mezclar un intento de mostrar firmeza y deslices verbales. Pero, según ha revelado 'The New York Times', su campaña está llevando a cabo encuestas para determinar si Harris tendría fortaleza suficiente para derrotar a Trump. No está claro si lo hace para sumarse al coro que pide a Biden que dé paso a otro candidato o como un intento de reafirmarlo en su sitio.

El problema para los demócratas es que el partido no ha labrado ninguna alternativa ilusionante, aunque sea de futuro, para su presidente. Harris no lo es. Su desempeño en las primarias de 2020, cuando intentó ser la candidata demócrata a la presidencia, fue un desastre. Poco después de llegar a la presidencia, Biden le encargó la tarea imposible de acabar con los problemas de raíz de la inmigración lo que ha aparejado a Harris con uno de los asuntos peor valorados de la actual Administración. En los últimos meses, Harris ha sido la cara de la protección de los derechos reproductivos, una de las grandes bazas demócratas. Pero ni eso ha conseguido mejorar su índice de aprobación, que, como el de Biden, está por debajo del 38%.