Biden, en la nueva frontera nororiental de la OTAN

El presidente de Estados Unidos está preparando a los gobiernos de los países nórdicos para un largo conflicto con Rusia, una especie de nueva Guerra Fría

La delegación ucraniana se fija ya «Washington 2024» como fecha clave para ser país invitado de la OTAN

Joe Biden desembarca del Air Force One después de aterrizar en el aeropuerto de Helsinki-Vantaa EP

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

La llegada de Biden a Helsinki, esta mañana, evoca sin querer a vista de Donald Trump a Finlandia en 2018. Difícilmente podrían haber cambiado más las cosas. Trump se hizo entonces una foto de amigos con Putin y amenazó abiertamente con sacar a Estados ... Unidos de la OTAN. Hoy, sin embargo, el presidente de Estados Unidos llega de una cumbre de la Alianza, celebrada en Lituania, en la que la OTAN ha exhibido ante el mundo tanto su fortaleza como su voluntad de plantar cara al Kremlin. La invasión rusa de Ucrania, por otra parte, ha dejado atrás el país que fue durante décadas Finlandia, un tiempo de neutralidad y no alineación militar que ha dado paso al nuevo y combativo flanco nororiental de la OTAN. La ciudad de Helsinki se ha engalanado para recibir a su aliado más poderoso, que se aloja en el Hotel Radison Blue, protegido por francotiradores desde primera hora.

Finlandia limita con Rusia en una longitud de alrededor de 1.340 kilómetros y por lo tanto tiene, con mucho, la frontera más larga de todos los países de la UE con el gran imperio del este. La frontera exterior de la OTAN con Rusia se ha extendido en esa misma medida, más del doble, desde la adhesión de Finlandia, una frontera a solo unas dos horas en coche desde Helsinki.

Esa proximidad ha llevado a extremar las condiciones de seguridad sobre esta visita, que gira en torno a dos citas: una cumbre bilateral, en la que Biden se entrevistará con el presidente de Finlandia Sauli Niinistö; y una cumbre EE.UU.-Países Nórdicos, a la que se sumarán los líderes de Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia. Las conversaciones estarán centradas en «la cooperación en asuntos de seguridad, medio ambiente y tecnología», según la oficina de prensa del gobierno de Finlandia. Lo que estas fuentes no dicen es que Biden está preparando a los gobiernos de los países nórdicos para un largo conflicto con Rusia, una especie de nueva Guerra Fría en la que, por cuestiones geográficas, van a jugar un importante papel.

«El papel de Finlandia en el futuro de la OTAN consiste en contribuir para la seguridad de su propia región», pontifica Ville Sinkkonen, del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales (FIIA), «y creo que el pensamiento en política de seguridad es este mismo en los otros países nórdicos también». «Se trata de fortalecer los vínculos dentro de una red de seguridad más amplia», insiste. El primer ministro Petteri Orpo, que al cierre de este artículo acaba de llegar al Palacio Presidencial para recibir a Biden, ha sido el primero en defender la adhesión de Finlandia a la OTAN, como reacción a «una nueva situación de amenaza de seguridad en la región», que incluye la región ártica, y también en felicitarse por el mensaje de Biden en la cumbre de Lituania, decidido a no involucrar a la Alianza en la guerra de Ucrania en el contexto del conflicto ruso.

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