Biden llegó a prometer a Maduro un levantamiento total de las sanciones a Venezuela

Según ha revelado el negociador jefe de Venezuela, Jorge Rodríguez, la primera reunión entre el equipo que él dirige y representantes del Gobierno estadounidense tuvo lugar en la ciudad catarí de Doha, el 7 de mayo de 2023, a propuesta de los estadounidenses. Allí, los coordinadores de la política estadounidense para América Latina en la Casa Blanca, Juan González, y el departamento de Estado, Brian Nichols, ofrecieron la posibilidad de levantar paulatinamente las sanciones para un restablecimiento integral de las relaciones bilaterales.

A pesar de que ambos gobiernos no tienen relaciones diplomáticas, ha habido en 2023 y 2024 reuniones del más alto nivel, que han dado lugar hasta una firma de memorandos de entendimiento oficiales. Tras el encuentro inicial en Doha hubo otros: el 3 y 4 de junio en Milán, entre el 8 y 10 de junio en Doha, el 3 y 4 de agosto en Milán y el 27 y 28 de septiembre en Doha. En esta última reunión se firmaron los memorandos, uno sobre inmigración y el otro sobre la convocatoria de elecciones libres y transparentes en Venezuela en julio de 2024.

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David Alandete | Corresponsal en Washington

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En los memorandos firmó, como representante de EE.UU., el subsecretario de Estado para América Latina, Nichols. En uno de ellos, el Gobierno de Biden se comprometía a levantar sanciones en marzo de 2024 «si se cumplían los requisitos». Como ofrecimiento inicial, sin más concesiones que la firma de los memorandos por parte de la dictadura, EE.UU. se comprometía a levantar sanciones sobre el petróleo venezolano el 17 de octubre de 2023. En esa fecha, el Tesoro de EE.UU. no había levantado aún las sanciones correspondientes. Aun así, el Gobierno de Maduro y la opositora Plataforma Unitaria firman en Barbados dos acuerdos provisionales para las elecciones y una normalización de la situación política en Venezuela.

Con el apoyo de Noruega, Rusia, Países Bajos, Colombia, México y EE.UU., las partes pactaron puntos como el respeto al derecho de cada actor político de seleccionar a su candidato a las elecciones presidenciales. Comenzó entonces la división en el seno del Gobierno de Biden, con una desautorización aparente de lo pactado por González y Nichols, los emisarios de EE.UU., por parte de sus superiores, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y el jefe diplomático, Antony Blinken.

El 18 de octubre, el Tesoro finalmente emitió la llamada licencia 44, que permitía a empresas extranjeras volver a operar en el sector del gas y del petróleo en Venezuela. Pero ese mismo día, Blinken emitió un comunicado en que lanzaba un ultimátum: antes de noviembre, debía establecer un calendario y proceso específicos para la rápida restitución de todos los candidatos a las elecciones.

Ahora queda confirmado que Maduro no tenía intención de permitir la candidatura de la ganadora de las primarias opositoras, María Corina Machado, a la que acusa de haber fomentado el golpismo apoyando una intervención armada de EE.UU. para deponer a la dictadura. Rodríguez, el negociador jefe venezolano, así lo admitió en una comparecencia televisada el 17 de abril, en la que preguntó si España o EE.UU. permitían presentarse a «candidatos golpistas». La dictadura tampoco permitió presentarse a la persona identificada por los opositores como sustituta de Machado, Corina Yoris. Este extremo hasta provocó críticas a Venezuela por uno de los más firmes aliados de Maduro en el contiene, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

A pesar de las señales tempranas de que Maduro iba a mantener la inhabilitación de Machado, y las elecciones no iban a ser libres, como ya sucedió en 2018, la Casa Blanca autorizó la excarcelación en diciembre de 2023 de Álex Saab, el testaferro de Maduro, que estaba siendo juzgado en Florida por delitos relacionados con el fraude. A pesar de que el juicio estaba apenas arrancando, el presidente Biden le concedió un indulto completo y lo extrajo a Venezuela. Tras esa entrega, Maduro ratificó la inhabilitación de Machado.

A principios de abril hubo unas reuniones en Ciudad de México entre Rodríguez y un renovado equipo en representación de EE.UU. González fue relevado de sus funciones en la Casa Blanca y le sustituyó Dan Erikson, que venía del Pentágono. De esos contactos no salió ningún acuerdo y el 17 de abril, este miércoles, la Casa Blanca anunció que recuperaba sanciones de forma parcial, pero dejaba que siguiera haciendo negocios en Venezuela la petrolera estadounidense Chevron, junto con otros permisos concedidos que se mantienen secretos. La Casa Blanca asegura que se reserva la opción de volver a aplicar más sanciones según avance el proceso electoral.

Un grupo de influyentes republicanos en el Capitolio ha criticado duramente esta última decisión de Biden. Aunque creen que es buena idea recuperar sanciones, los senadores Marco Rubio y Jim Risch creen que los pasos tomados hasta ahora «son insuficientes dadas las realidades en el terreno en Venezuela». Según dicen en un comunicado, «Nicolás Maduro ha violado otro acuerdo negociado al socavar a la candidata presidencial de la oposición democrática, María Corina Machado. Al mismo tiempo, Maduro reprime a los venezolanos en centros de tortura».