Biden indulta a su hijo Hunter, rompiendo su palabra

Nunca antes un presidente había indultado a un familiar tan directo condenado o auto inculpado por delitos graves relacionados con fraude y tenencia de armas.

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David Alandete | Corresponsal en Washington

El indulto no solo exonera a Hunter de las dos causas pendientes, sino también de cualquier posible delito cometido entre 2014 y 2024. Esto bloquea cualquier futura investigación que pudiera intentar Donald Trump, ahora presidente electo. Durante su primer mandato, Trump pidió al presidente ucraniano Volodimir Zelensky que investigara los lucrativos negocios de Hunter en Ucrania, sospechando que ocultaban un fraude familiar.

Esa petición desató el primer juicio político contra Trump, que terminó con su absolución en el Senado. Desde entonces, uno de los lemas más reiterados de la campaña republicana ha sido la pregunta: «¿Dónde está Hunter?», con la que Trump acusa a Biden de encubrir los delitos de su hijo.

En un comunicado emitido este domingo, Biden argumentó: «Las acusaciones contra Hunter surgieron únicamente después de que varios de mis oponentes políticos en el Congreso las instigaran para atacarme y oponerse a mi elección. No cabe duda de que Hunter fue señalado solo porque es mi hijo, y eso está mal». Según Biden, este acto presidencial busca reparar lo que considera un trato injusto hacia su familia.

Hunter Biden ha sido una fuente constante de polémicas para su padre. En junio fue hallado culpable de mentir en un formulario para la compra de un arma en 2018, donde declaró falsamente que no consumía drogas mientras era un usuario activo. En ese caso, se enfrentaba a una pena máxima de 25 años de prisión y una multa de 750.000 dólares. Aunque la sentencia real probablemente habría sido menor por tratarse de su primera condena, los cargos eran graves.

En septiembre se declaró culpable de nueve cargos fiscales, incluyendo tres delitos graves y seis menores. Según los fiscales, entre 2016 y 2019 Hunter Biden evadió al menos 1,4 millones de dólares en impuestos federales, utilizando fondos para gastos personales en lugar de pagar sus obligaciones fiscales. Este caso le exponía a una pena máxima de 17 años de prisión.

El presidente justifica su decisión así: «Ninguna persona razonable que examine los hechos del caso de Hunter puede llegar a otra conclusión que no sea que Hunter fue señalado únicamente porque es mi hijo, y eso está mal. Ha habido un esfuerzo por destruir a Hunter, quien lleva cinco años y medio sobrio, incluso enfrentándose a ataques implacables y una persecución selectiva. Al intentar destruir a Hunter, han intentado destruirme a mí, y no hay razón para creer que esto se detendrá aquí. Ya es suficiente».

Es habitual que un presidente conceda indultos al final de su mandato, pero es poco común que los beneficiarios sean familiares directos. Bill Clinton perdonó a su hermanastro Roger por tráfico de cocaína, y Trump indultó a su consuegro Charles Kushner, condenado por fraude y manipulación de testigos.

A pesar de ello, Biden había prometido públicamente no interferir. En junio afirmó: «Acato la decisión del jurado. No lo indultaré». Incluso el pasado 8 de noviembre, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, reiteró: «Nuestra respuesta sigue siendo la misma: no».

Este indulto llega en los últimos días del mandato de Biden, cuando las consecuencias políticas son mínimas tras la derrota demócrata en las elecciones del 5 de noviembre. Sin embargo, es probable que esta decisión alimente los ataques de los republicanos y mantenga a Hunter en el centro de la polémica.

Un capítulo especialmente polémico en torno a Hunter fue la aparición de un ordenador portátil que presuntamente le pertenecía, abandonado en un servicio técnico en Delaware en 2019. Según varias informaciones de medios como The New York Post, el dispositivo incluía correos electrónicos relacionados con sus negocios en Ucrania y China, así como fotos y vídeos que exponían su abuso de drogas y otros aspectos de su vida personal.

Esas revelaciones fueron censuradas en la campaña electoral de 2020 por plataformas digitales como Twitter y Facebook, que limitaron la distribución de las noticias argumentando que podían ser desinformación o interferencia electoral de Rusia.

Años después, medios como The Washington Post y The New York Times verificaron que algunos de los correos electrónicos eran auténticos, lo que provocó críticas sobre la censura inicial y el manejo mediático del caso en pleno periodo electoral. Elon Musk compró Twitter después y lo convirtió en X.