Biden se alía con Arabia Saudí frente a su propio partido

Le fuerza la mano al senador izquierdista Sanders y anula una ley sobre Yemen

Biden y el príncipe heredero Mohamed bin Salman reuters

David Alandete

Corresponsal en Washington

Una brecha se ha abierto entre la Casa Blanca y el ala izquierda del Partido Demócrata en el Capitolio a cuenta del acercamiento de Joe Biden al régimen saudí por la necesidad de abaratar el precio del petróleo. El equipo de la Presidencia ha ... conducido una intensa y exitosa campaña para impedir una resolución del poder legislativo que pondría fin al apoyo militar de Estados Unidos a Arabia Saudí en la guerra en Yemen, donde interviene también el régimen iraní.

Finalmente, Biden y su equipo han logrado que el senador izquierdista Bernie Sanders retirara una ley en el Senado que hubiera acabado con el apoyo militar estadounidense a la guerra en Yemen, que se prolonga más de siete años y acumula abundantes bajas civiles. Una coalición liderada por los saudíes, a la que se ha sumado el grueso de países árabes suníes, bombardea Yemen para contener el avance de las milicias patrocinadas por Irán, país de mayoría chií.

En EE.UU. el Senado supervisa la política exterior de la Casa Blanca. Se da la circunstancia de que en 2018 y 2019, cuando Donald Trump estaba en la Casa Blanca, los demócratas votaron resoluciones idénticas. De hecho, la resolución de 2019 incluso fue ratificada en la Cámara de Representantes con apoyo republicano, pero Trump la vetó. Biden y su equipo estaban dispuestos a vetarla de nuevo, algo que hubiera puesto de manifiesto una división entre él y su partido a cuenta de las relaciones con los saudíes.

Biden ha dado un giro radical en su postura hacia el régimen saudí al entrar a la Casa Blanca. En campaña llamó al reino «paria», por el asesinato en Turquía del disidente Jamal Khashoggi, que según la inteligencia de EE.UU. ordenó el príncipe heredero y gobernante de facto, Mohamed bin Salman. Pero en noviembre, el mismo Biden concluyó que al príncipe le ampara la inviolabilidad del cargo y no puede ser juzgado en tribunales norteamericanos por ese homicidio. (Khashoggi era residente legal en EE.UU., y vivía y trabajaba en Washington).

En agosto, Biden visitó a Bin Salman en Arabia Saudí, y la imagen de los dos mandatarios chocando puños dio la vuelta al mundo. Fred Ryan, el director ejecutivo del 'Washington Post', donde escribía tribunas Khashoggi, denunció que el encuentro «merma la autoridad moral» de EE.UU.

Viaje a Venezuela

El equipo de Biden, sin embargo, alegó que aquel viaje era necesario tras la invasión rusa de Ucrania. El precio del barril de petróleo se ha disparado y el del galón de gasolina también. La Casa Blanca incluso ha enviado una delegación a Caracas, a verse con Nicolás Maduro, ya que Venezuela tiene importantes reservas de crudo. Arabia Saudí, sin embargo, es el principal exportador de petróleo a EE.UU., con un 5% de las importaciones de petróleo refinado y un 6% de las de crudo.

No es la única concesión a un régimen dictatorial por parte de Biden. Esta semana ha estado en Washington el dictador egipcio Abdelfatá al Sisi, acusado de graves infracciones de los derechos humanos. Es uno más entre un nutrido número de líderes africanos que han sido invitados a la cumbre de África, que culminó este jueves. En su discurso ante esa cumbre, Biden habló menos de democracia y más de inversión y desarrollo, para contener el auge de China y Rusia en ese continente.

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