Berlusconi divide a Italia después de muerto: fuerte polémica por la decisión de que el aeropuerto de Milán lleve su nombre

Hace trece meses que murió Silvio Berlusconi y su nombre sigue hoy muy presente, creando división entre los italianos, al tiempo que sus dos hijos mayores, Marina y Pier Silvio, adquieren también cada día más protagonismo y sus pasos los sigue con atención la clase política y empresarial.

La decisión de cambiar el nombre del principal aeropuerto de Milán, Malpensa, para que sea llamado Berlusconi divide al país e indigna a la izquierda, aumentando cada día más la polémica. Matteo Salvini, vicepresidente y ministro de Transportes, ha manifestado con entusiasmo que aprobará el acuerdo de la Autoridad Nacional de Aviación Civil (ENAC), para que se cambie el nombre de Malpensa por el de Silvio Berlusconi.

El exprimer ministro nació en Milán y murió en la ciudad el 12 de junio 2023, a la edad de 86 años. Forza Italia, el partido que fundó, es socio de la coalición de Gobierno que preside Giorgia Meloni. Según Salvini, líder de la Liga, «Silvio Berlusconi hizo la historia de este país y es correcto ponerle su nombre al aeropuerto de Malpensa».

Cada día se alzan más voces críticas, que consideran un error el que Malpensa lleve el nombre de Berlusconi porque Il Cavaliere fue un personaje divisivo, que polarizó la sociedad italiana, sobre todo con sus problemas judiciales y algunos comportamientos públicos y privados. El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, ha atacado la decisión del Gobierno calificándola de «locura»: «En Italia no hay dos cosas: un mínimo de respeto al garbo institucional y a la independencia de los organismos públicos», afirmó Sala, criticando que el procedimiento se haya aplicado «sin consultar en absoluto a SEA», la filial del Ayuntamiento milanés que gestiona los aeropuertos de Malpensa y de Linate. 

La sección juvenil del Partido Democrático de Lombardía ha promovido (en change.org) una petición pidiendo a las instituciones que no pongan el nombre de Berlusconi al aeropuerto. Este es su argumento: «El aeropuerto de Malpensa es la puerta de Lombardía al mundo, es el cruce de caminos para millones de viajeros y cientos de nacionalidades, es un orgullo italiano: no puede llevar el nombre de una figura tan divisiva y controvertida». La movilización es masiva: Más de 100.000 firmas en tres días.

En las redes sociales hay una infinidad de comentarios irónicos, algunos con referencias al 'bunga bunga', expresión para indicar los festines de Berlusconi. Hoy, el diario 'La Repubblica', se dirige idealmente a los familiares del exprimer ministro, y en primer lugar a la empresaria Marina, la primogénita, «para que saquen a Silvio Berlusconi del campo de batalla, aislando las arbitrariedades cometidas por el líder de la Liga».

«A Salvini -escribe 'La Repubblica'- es inútil explicarle que en Italia no partimos de La Malfa o Berlinguer, sino de Leonardo da Vinci (Roma), de Raffaello (Ancona) y luego de Cristoforo Colombo (Génova), Marco Polo (Venecia), Amerigo Vespucci (Florencia), Galileo Galilei (Pisa), San Francisco de Asís (Perugia)».

Mientras tanto, Marina Berlusconi, presidenta de Fininvest y del grupo editorial Mondadori, ha dado en una entrevista al 'Corriere della Sera' una de cal y otra de arena al Gobierno Meloni. La empresaria Berlusconi, a la que recientemente el presidente de la república concedió el título de 'Cavaliere del Lavoro', como el padre, apoya al Ejecutivo porque «siempre ha respetado plenamente las reglas de la democracia y en política exterior ha mantenido el listón recto respecto de las posiciones pro europeas y proatlánticas». Pero muestra su desacuerdo con el Gobierno «en materia de derechos civiles: si hablamos de aborto, fin de la vida o derechos LGBTQ, me siento más en sintonía con la izquierda del sentido común. Porque cada uno debe ser libre de elegir».

En su entrevista al 'Corriere', la presidenta de Mondadori anunció el lanzamiento de un proyecto editorial que se llamará 'Silvio Berlusconi Editore': «Pretende dar más fuerza al pensamiento liberal y democrático, contra toda forma de totalitarismo», dijo Marina. Sus declaraciones han sido muy comentadas, entre otras cosas porque mientras el Gobierno Meloni se declara contra el lobby LGBT, uno de los primeros editores, incluido el campo televisivo, se distancia de esa posición. No es algo indiferente, porque la familia Berlusconi está muy presente en la vida de Forza Italia, siendo garante de la deuda de 100 millones de euros que tiene el partido.

Por ello, los medios observan también con atención los pasos de Pier Silvio Berlusconi, consejero delegado de Mediaset, del que a menudo se dice que entrará en política siguiendo los pasos del padre. Medios italianos señalan que, si bien no ha decidido intervenir personalmente en política por ahora, en los últimos meses Pier Silvio Berlusconi viaja cada vez más a Roma, a Villa Grande, para encontrar a empresarios y directivos, reuniones que recuerdan a las que hacía el padre en la histórica residencia de Arcore. Al mismo tiempo, encarga regularmente encuestas privadas sobre su popularidad y sobre el efecto de su posible participación directa en Forza Italia.