Las batallas judiciales asfixian la finanzas de Donald Trump

Esta semana, el multimillonario ha recibido un nuevo revés judicial que afecta de lleno a su bolsillo. Ha ocurrido, de nuevo, en Nueva York, su ciudad, su patio de recreo y el escenario de buena parte de sus logros empresariales. Un juez estatal confirmó que Trump tendrá que depositar en su totalidad la indemnización que se le impuso en esa jurisdicción hace dos semanas en un juicio civil.

El juez que supervisó el caso, Arthur Engoron, determinó que Trump debe pagar 355 millones de dólares por sobrevalorar durante años sus activos para lograr mejores condiciones en préstamos y otros contratos financieros. Si se le suman los intereses, la indemnización se eleva a cerca de 450 millones de dólares. A eso hay que añadir los 83,3 millones que se le impusieron unos días antes en otro juicio, esta vez por difamación a una mujer que le acusó de agresión sexual.

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Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York

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La defensa de Trump recurrió y pidió que se dejara la fianza, que hay que presentar en un plazo de 30 días desde la decisión judicial, en 100 millones de dólares mientras se ventila el recurso que interpuso el expresidente.

Sus abogados calificaron la indemnización de «absurda» y algo que es imposible de pagar, sobre todo porque el juez también impuso a Trump, -además de una inhabilitación de tres años para ostentar posiciones de liderazgo en compañías de Nueva York-la prohibición de pedir préstamos.

«Nadie, ni siquiera Jeff Bezos, Elon Musk o Donald Trump, tienen 500 millones disponibles», dijo al juez Christopher Kise, uno de sus abogados.

Trump siempre ha sobrevalorado su fortuna, sea para conseguir préstamos con mejores condiciones o para aparentar. Según 'Forbes', su patrimonio a comienzos de este año era de 2.600 millones de dólares. Pero, en una fortuna centrada en el ladrillo, solo un porcentaje muy pequeño de ella está en líquido. En una testificación bajo juramento del año pasado, Trump aseguró que disponía de «sustancialmente más dinero que 400 millones de dólares en efectivo».

Es imposible saber cuánta fortuna líquida tiene el expresidente, pero el juez determinó que tendrá que depositar la fianza en su totalidad. Eso sí, levantó la prohibición de pedir préstamos para facilitar que reúna el dinero.

La decisión ahoga todavía más las finanzas de Trump, que está pagando un dineral solo por los costes legales de sus batallas judiciales. Y eso tiene un impacto directo en su campaña. El expresidente está derivando muchas de las donaciones que consiguen sus plataformas de recaudación a pagar a sus abogados. Desde que empezaron las imputaciones penales el año pasado, se calcula que ha gastado 40 millones de dólares en esos costes.

Es cierto que su campaña y las batallas judiciales van de la mano: su ascenso en las encuestas se debió al asedio judicial y Trump utiliza su paso por los juzgados como su principal plataforma electoral, que refuerza el mensaje de persecución que ha calado entre sus seguidores.

Pero hay parte de los donantes republicanos, los que no son tan acérrimos, que no ven con tan buenos ojos que el dinero de campaña se lo lleven abogados. De momento, Joe Biden, su rival en noviembre, va por delante de Trump en recaudación.

El siguiente paso es poner la maquinaria del partido, la Comisión Nacional Republicana (RNC), completamente a su servicio. Trump ha hecho campaña para que su nuera, Lara Trump, sea copresidenta de la RNC, que organiza la financiación de campañas de candidatos del partido. Ella ya ha deslizado que los republicanos no verían con malos ojos que parte del dinero fuera para los costes legales de su suegro.