Aumenta la hostilidad de Rumanía y Bulgaria contra Austria por el veto Schengen

Recuerda que los demás ministros de Interior de la UE «garantizaron un enfoque justo y honesto del proceso de adhesión de Rumanía a la UE» y «realizaron análisis justos», mientras que Austria tomó «una decisión injusta, injusta y sin justificación real, que causa un daño enorme a nivel de la UE y sienta un precedente peligroso en el contexto geopolítico actual», desliza en tono de amenaza.

La carta de Bode manifiesta el profundo malestar del Gobierno rumano. «Lamentablemente, le escribo para expresarle mi profunda indignación por su voto en el Consejo de Ministros del Interior y de Justicia contra la adhesión de Rumanía al espacio Schengen, después de que asegurara el 23 de noviembre en Viena, en presencia de nuestros colegas, que era ' un amigo de Rumanía' y que su posición no era 'contra Rumania, sino contra un sistema disfuncional que no debería extenderse a ningún estado'».

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Se refiere también a un compromiso expresado por Austria el pasado mes de enero, en el que Viena garantizó su apoyo a la entrada de Rumanía en el área Schengen y a firmar una declaración conjunta durante la conferencia ministerial del foro de Salzburgo, en Bucarest.

Con el posterior rechazo de Austria, no solo se «pisotearon« los logros de Rumanía y de los ciudadanos rumanos, sino también «los valores y principios que nos guían a nivel europeo», critica al gobierno austríaco, al que acusa de una «decisión arbitraria que viola descaradamente el derecho de Rumanía a ser un estado miembro de pleno derecho del espacio Schengen».

«Ministro, usted juega un juego político indigno de un país que tiene una tradición política tan rica y ha sido una democracia bien establecida durante tanto tiempo«, denuncia, «lamento tener que decirle esto, pero este tipo de comportamiento y acción no es apropiado para ningún político de la UE».

El argumento ofrecido por Austria para su cambio de posición de última hora es la evolución de la inmigración y el creciente flujo de refugiados. Viena estima que de los 100.000 solicitantes de asilo que ha recibido este año, unos 75.000 le llegan desde otros países europeos en los que no se registraron debidamente. Pero Bode responde a eso que «usted sabe tan bien como yo que el problema migratorio que mencionó no se puede atribuir a Rumanía. Todos los demás estados miembros lo entendieron, señor ministro. Logró no solo provocar una revuelta de rumanos en Austria, sino también una de sus propios ciudadanos, que conocen las realidades sobre el terreno y saben que es injusto e inmoral castigar a millones de ciudadanos europeos con argumentos falsos«.

En Bulgaria, la reacción del dividido Parlamento surgido de las elecciones del pasado octubre ha sido también de indignación, aunque quizá lo más reseñable es el endurecimiento de la retórica de los círculos prorrusos, que apuntan a la decisión como una muestra de la hipocresía de la UE. El líder del partido populista Vazrazhdane (Renacimiento), Konstantin Kostadinov, considera probado que a la UE solo le interesa Bulgaria como fuente barata de materias primas pero no quiere tener nada que ver con sus ciudadanos.

«Schengen ha demostrado con esta decisión que la UE quiere que Bulgaria sea un estado tapón, nuestros socios europeos no quieren una Bulgaria económicamente fuerte. Se han quitado las máscaras, tenemos que comenzar a renegociar nuestra membresía en la UE», ha declarado, «nos dejan estar en la UE para 'chupar' el dinero búlgaro, pero no nos permiten estar en Schengen».

Vazrazhdane es el portavoz en Bulgaria del discurso ruso sobre la guerra en Ucrania y su partido es anti-OTAN. Fue el principal oponente a la entrada de Bulgaria en la zona euro en 2024 y dice ahora que la adopción del euro por parte del Bulgaria podría conducir a una «guerra civil». El expresidente búlgaro Rosen Pleneliev ha calculado que esta nueva situación multiplica por diez la influencia rusa en la sociedad búlgara y que Moscú aprovechará el «aislamiento» del país. «Los ataques híbridos rusos en Bulgaria serán más efectivos. Digámoslo claramente: cuando Bulgaria permanece sola, en la periferia de la UE, el gran ganador es Putin y sus populistas búlgaros».