Argentina pierde a Jorge Lanata, su principal referencia en el periodismo

Quien estaba siendo velado era el periodista Jorge Lanata, fallecido a los 64 años, y enterrado la mañana de este miércoles, tras un cortejo igualmente acompañado por una multitud de seguidores, amigos, fans y colegas.

Lanata fue el periodista más importante de su generación, la primera tras la redemocratización del país. La dictadura militar (1976-1983) y, antes de ella, la acción de la temida Triple A, durante la gestión del general Perón y, tras su muerte, de su vicepresidenta y viuda, Isabel Perón, habían destruido un periodismo que hasta entonces era de los más vibrantes de América Latina.

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Hasta ese entonces, las editoriales, revistas y diarios argentinos eran un referente en el continente. Los terribles años setenta enviaron a muchos periodistas al exilio, a centros clandestinos de tortura, además de provocar el cierre de imprentas.

Lanata era aún muy joven en esa época y trabajaba como camarero en un bar, alejado de la política. No militó en ninguna organización ni partido político. Se decía progresista, pero jamás estuvo sintonizado con la lucha armada o con la resistencia a la dictadura.

Cuando se enamoró del periodismo, adoptó la máxima que llevó consigo hasta la tumba: «todo periodismo debe ser de oposición». Y fue así que lo practicó durante los gobiernos peronistas, el de Mauricio Macri y el de Javier Milei.

Fue en ese ambiente que fundó, con apenas 26 años, 'Página/12' (en 1987), con un proyecto gráfico audaz, títulos irónicos y portadas que abusaban de caricaturas y fotografías y una mirada irónica de la realidad. Periodistas de renombre competían por publicar sus textos allí.

El periódico ganó proyección nacional y internacional durante el gobierno del peronista Carlos Menem. Desde los tiempos en que disfrutó de gran popularidad hasta el trágico final de su gestión, que culminó con el corralito y una de las peores crisis económicas que Argentina ha enfrentado.

'Página/12' fue implacable con Menem y con el sistema de convertibilidad adoptado en la época (en el que un dólar equivalía a un peso). El día que Menem indultó a generales condenados por el Juicio a las Juntas -que condenó a los responsables de la represión de los años setenta-, Lanata publicó la portada completamente en blanco, en señal de repudio.

Sin embargo, los problemas económicos no tardaron en llegar tras el estallido de 2001/2002, y Lanata se vio obligado a vender la publicación a empresarios vinculados a peronistas. Hoy es un diario insípido y cómplice del kirchnerismo, con algunas firmas que guardan ligero parentesco al diario de otros tiempos.

Pero Lanata no se quedó quieto; creó otro periódico: Crítica de la Argentina, que tuvo una trayectoria corta debido a problemas financieros.

Descubrió, no obstante, una nueva vida en la televisión, y su programa era más esperado que muchas tertulias futbolísticas tradicionales de los domingos en la programación argentina.

El más destacado fue PPT (Periodismo para Todos), que tenía algo de espectáculo político, con imitadores y sketches humorísticos, mezclados con periodismo de investigación. El principal proceso judicial que hoy enfrenta Cristina Kirchner, por ejemplo, está relacionado con el desvío de fondos públicos, y fue revelado e investigado por este programa.

Lanata padecía problemas relacionados con el tabaquismo, la obesidad y la diabetes. Hace algunos años, recibió un trasplante de riñón. Fumador compulsivo, constantemente recibía consejos de amigos que le pedían moderación. Lanata no logró controlar sus adicciones, aunque esporádicamente lo intentaba.

El periodismo argentino quedó huérfano de uno de sus pocos referentes de gran importancia de los últimos tiempos.