«Argentina con Cristina», miles de kirchneristas apoyan a la expresidenta tras sus primeras horas en arresto domiciliario por corrupción

Si bien el plan inicial de los organizadores de la protesta era realizar una procesión para acompañar a la ex jefa de Estado hasta los tribunales de Comodoro Py, donde debía presentarse este miércoles para quedar presa, la decisión de la Justicia de adelantar la notificación un día y concederle a la líder kirchnerista la prisión domiciliaria obligó a modificar las previsiones.

El nuevo escenario escogido ha sido la mítica Plaza de Mayo, donde desde la noche del martes comenzaron a llegar manifestantes desde distintos puntos del país en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner. Miles de personas, entre ellos militantes kirchneristas, sindicatos y organismos de derechos humanos se dieron cita frente a la Casa Rosada, en una plaza blindada por las fuerzas de seguridad.

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Algunos manifestantes viajaron toda la noche para poder asistir a la Plaza de Mayo, que este miércoles otoñal en Buenos Aires amanecía con enormes pancartas con un reclamo: «Cristina libre». El acto central comenzó a las dos de la tarde (hora local). La convocatoria a marchar proclamaba «Argentina con Cristina».

Una de las primeras visitas que recibirá la ex jefa de Estado, presa desde el martes, será la del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien tiene previsto viajar a Buenos Aires en el mes de julio con este objetivo.

Además de la concentración en el centro de Buenos Aires, un segundo sitio funcionó como núcleo de la militancia kirchnerista este miércoles. Se trata de una de las propiedades de la expresidenta, ubicada en el barrio porteño de Constitución, y en la cual desde el martes Cristina Fernández de Kirchner cumple su prisión domiciliaria. El balcón de su casa se ha ido convirtiendo en estos días en el espacio a través del cual la líder del movimiento se dirige a sus seguidores. Sin embargo, esta dinámica podría quedar interrumpida durante su período de condena, dada una de las condiciones impuestas por la Justicia a la hora de concederle la prisión domiciliaria. Concretamente, se le exige «abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario».

Este requisito desató la furia de la ex jefa de Estado, que este miércoles en sus redes sociales publicó: «¿Puedo salir o no al balcón de mi casa? Parece joda, pero no…», acompañado de un pedido de aclaración a la Justicia. Esa misma Justicia a la que en la Plaza de Mayo los manifestantes, en repudio por la prisión de la expresidenta, se referían en sus cánticos como «mafia».