El antisemitismo de los dirigentes palestinos y la extrema izquierda abre una crisis en la izquierdas francesas

Se trata de una división y enfrentamientos de gran calado que vienen de muy lejos, agravados por la guerra terrorista de Hamás e Hizbolá.

Mélenchon y otros dirigentes de LFI comenzaron por comentar de manera «equidistante» la guerra declarada por Hamás a Israel. Saliendo al paso de las manifestaciones de apoyo de Israel, Mélenchon ha «denunciado» el apoyo a Israel de organizaciones como la «Liga internacional contra el racismo y el antisemitismo».

Anne Hidalgo, alcaldesa de París y figura eminente en el PS, ha respondido de este modo: «Las posiciones de Mélenchon contra Israel, y su negativa a condenar una organización terrorista, como Hamás, son insoportables. El PS no puede perderse con esos personajes y partido».

En esa misma línea, Jérôme Guedj, dirigente socialista, insiste: «Me asquean los idiotas útiles a Hamás». Fabien Roussel, secretario general del PCF, añade: «Lo urgente, hoy, es condenar el terrorismo». El PS, el PCF y EELV están participando en las manifestaciones que se suceden en apoyo a Israel. La alcaldía de París ilumina todas las noches la Torre Eiffel con los colores de la bandera de Israel.

Desde el centro-derecha, Élizabeth Borne, primera ministra del gobierno de Emmanuel Macron, comenta el comportamiento de Mélenchon de este modo: «El antisionismo de La Francia Insumisa es una manera de enmascarar su antisemitismo».

Emmanuel Debono, historiador, analiza el crecimiento del antisemitismo de izquierdas en estos términos: «En su voluntad de organizar la convergencia de luchas, una parte de la izquierda pone en evidencia su racismo y odio anti judíos». Y añade: «Una parte de la izquierda no se opone al antisemitismo, por razones ideológicas o sus silencios. También se pierde en la confusión. Si algunos lo asumen, cínicamente, otros se dejan arrastrar por ignorancia o, peor, la ilusión del conocimiento».

Las llamaradas antisemitas de LFI, el partido «hermano» de Sumar y Podemos, en España, han coincidido con el estupor que han causado, desde hace semanas, las declaraciones de Mahmud Abás (88 años), presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) desde el 2014, ante el «consejo revolucionario» de su partido, Fatah, afirmando: «Hitler no mató judíos porque fuesen judíos. Hitler combatía a los judíos porque eran unos usureros y controlaban el dinero».

Ante esas afirmaciones, previas a la guerra en curso, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, se apresuró a quitar a Abás la más alta distinción de la alcaldía de París, que le fue concedida años atrás.

Abundando en el antisemitismo de las organizaciones palestinas, las declaraciones de Ismail Haniyeh, responsable político de Hamás, calificando las acciones terroristas de «epopeya heroica», insistiendo en que las matanzas continuarán «hasta la destrucción de Israel», causaron pavor no solo entre el PS, el PCF y los ecologistas, pero fueron saludadas con silencio y «comprensión» por los dirigentes de LFI, agravando el aislamiento antisemita.

Según varios estudios concordantes, publicados recientemente, el antisemitismo de izquierdas es una ideología que ha crecido de manera significativa durante los últimos cinco años.