Alemania identifica a Rusia como fuente de las interferencias de GPS en el Mar Báltico
Desde el comienzo de la guerra de agresión rusa, son constantes los informes de interrupciones en el sistema global de navegación por satélite (GNSS)
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Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónDesde el ataque ruso a Ucrania, han sido registradas reiteradas interferencias de GPS en la región del Mar Báltico. El Ministerio alemán de Defensa confirma que Rusia es «muy probablemente» responsable de las interferencias y sospecha que el origen concreto de las mismas se ... encuentra «en la región de Kaliningrado, entre otros lugares». Las contramedidas son responsabilidad de la Agencia Federal de Redes alemana.
«Las perturbaciones actuales en el sistema mundial de navegación por satélite son probablemente de origen ruso y se basan en perturbaciones en el espectro electromagnético, incluidas las que se originan en la región de Kaliningrado», ha informado un portavoz del Ministerio. Como consecuencia, se ha recomendado a los usuarios militares que utilicen métodos de navegación alternativos. A principios de febrero, el Ministerio de Defensa anunció que desde finales de 2023, «se han notificado esporádicamente perturbaciones en las señales de navegación transmitidas por el sistema de navegación por satélite Global Positioning System (GPS) desde la zona noreste del espacio aéreo alemán».
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rosalía sánchez | cORRESPONSAL EN BERLÍNSin embargo, en ese momento no se identificó a Rusia como la causa probable. Debido a que las interferencias de radio están causadas fuera de Alemania el Ministerio de Defensa considera que, «en principio», caen bajo la jurisdicción del Estado «en el que se encuentra la fuente de la interferencia». Si la causa y la ubicación se determinan fuera de toda duda, podría aplicarse el canal de denuncia específico predeterminado. «A través de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), es posible solicitar al Estado responsable que tome medidas», informa el portal t-online.
Desde el comienzo de la guerra de agresión rusa, son constantes los informes de interrupciones en el sistema global de navegación por satélite (GNSS) en la región del Mar Báltico. Desde Estonia hasta Suecia, pasando por Polonia, el territorio afectado puede apreciarse gráficamente en la web GPSjam.org, que se nutre de datos ofrecidos por ADS-B Exchange, la mayor comunidad global de datos de vuelos. Según los expertos, sólo desde diciembre ha habido «miles de casos».
Perturbaciones en el espacio aéreo
Los aviones civiles y militares que se encuentran en el espacio aéreo sobre Polonia y los países bálticos se ven especialmente afectados por unas perturbaciones que se extienden en ocasiones hasta el sur de Suecia. Se trata de una zona de muy alta tensión, en la que patrullan actualmente barcos armados de Rusia y de la OTAN y en la que cualquier incidente implica un muy alto riesgo. En las últimas horas se ha registrado una incidencia aparentemente no relacionada con estas interferencias, pero que ha mantenido en alerta a los mandos de la Alianza Atlántica.
Las autoridades danesas han reabierto esta mañana el tráfico aéreo y marítimo en torno al estrecho del Gran Belt, uno de los tres que conectan el mar del Norte con el Báltico, después de haber ordenado la interrupción del tráfico en esa zona debido a un problema técnico con un sistema de misiles a bordo de la fragata Niels Juel, cuando se activó la lanzadera durante un test obligatorio. Dinamarca emitió una advertencia internacional acerca del riesgo de que un misil pudiese ser lanzado accidentalmente a varios kilómetros de distancia, si bien se descartó que pudiera explotar porque el detonador no estaba montado. La zona de peligro se extendía entre 5 y 7 kilómetros desde la base marítima de Korsør, donde está amarrada la fragata, y hasta una altura de unos mil metros en dirección sur y no en la del puente situado sobre el estrecho y que une las islas de Selandia y Fionia.
Otras fuentes coinciden con Alemania en que la fuente de las interferencias es rusa. Erko Kulu, responsable del servicio de monitorización de frecuencias TTJA, afirma que las detectadas en Estonia provienen, efectivamente, de Rusia. GPSWorld, basada en análisis de expertos estadounidenses y polacos, apuntan también a ese origen. Se trata de un tipo de interferencias que suelen causarse por satélites de baja órbita, que engañan a los sistemas de navegación haciéndoles creer que hay aviones volando en círculo en unas coordenadas concretas. Una de estas señales falsas fue detectada a un kilómetro de la base militar rusa de Smolensk.
Las interferencias también pueden generarse desde venículos especializados en la guerra electrónica, como el Borisoglebsk 2 ruso neutralizado en Ucrania. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) las considera parte de la estrategia rusa de ciberataques y advierte que su más peligroso potencial es la posibilidad de hackeo del GPS de los aviones militares.
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