Alemania y Francia se oponen a la propuesta de los Bálticos de prohibir los visados a los rusos

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Rosalía Sánchez

La prensa alemana se pregunta si está bien que la clase media rusa se vaya felizmente a la playa y de vacaciones, de compras por Europa, mientras los ucranianos mueren en las calles de Kiev

Para la jornada del miércoles, cuando seguirá la reunión a nivel informal de ministros de Exteriores en Praga, estará sobre la mesa la posible limitación de la política de visados para ciudadanos rusos, un punto que interesa en particular a los países bálticos, Polonia o República Checa, anfitriona y que ocupa la presidencia semestral de la UE.

Tanto la Comisión Europea como el Alto Representante han enfriado la posibilidad de un veto total a la entrada de rusos en Europa, si bien, Finlandia y otros países bálticos han puesto en marcha medidas para restringir y reducir el número de visados que emiten.

Alemania y Francia están tratando de disuadir a los Veintisiete de seguir la propuesta de los países Bálticos y Nórdicos, entre otros, alegando que una prohibición conjunta de visados turísticos para los ciudadanos rusos sería contraproducente.

La mayoría de los rusos entran en la UE a través de las fronteras terrestres de Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Finlandia, como subrayó la semana pasada el ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, que agregó que estos países pueden actuar por su cuenta si la UE no está de acuerdo con una prohibición a nivel comunitario.