Ahmadineyad: «Los sionistas son mortales»
El presidente iraní clama por la unidad islámica contra Israel a pocos metros de la frontera con el Estado judío
LAURA L. CARO
“El mundo debe saber que los sionistas son mortales y hoy la nación libanesa está viva y es un modelo para la región… el mundo entero debe saber que los sionistas finalmente desaparecerán”. Las amenazas de siempre de Mahmmud Ahmadineyad se escucharon ayer en ... Israel más cerca que nunca. El presidente de Irán aprovechó la segunda jornada de su viaje oficial al Líbano para desplazarse el jueves a sólo cuatro kilómetros de la frontera con Israel y proclamar su mensaje apocalíptico a las puertas del enemigo. Según informó el Canal 2 de la televisión israelí, los ecos de su discurso resonaron en las poblaciones judías del norte, desde las que también podrían avistarse las banderas iraníes que el Líbano izó para dar la bienvenida a su benefactor.
Ahmadineyad eligió para su discurso Bint Jbeil, el lugar donde su aliado Hassan Nasralah, jefe de la milicia chiíta Hizbulá, proclamó en 2000 el triunfo al término de los 22 años de ocupación israelí y uno de los enclaves que sufrió los mayores bombardeos del Ejército judío durante la guerra de 2006. Luego iría a Qana, otro de los epicentros de aquella contienda.
En ambas aldeas, el invitado de Teherán se vio arropado por la multitud que le rindió agradecimiento por el dinero iraní que ha servido para reconstruir sus casas, y que se calcula en 1.000 millones de dólares. Ahmadineyad respondió a los honores subrayando el orgullo del Líbano por su actitud ante Israel, como la noche del miércoles ya había hecho en Beirut. “Enarboláis las banderas de la victoria y el enemigo las de la humillación y la derrota. Vengo a Qana, -dijo- para decir que Irán estará a vuestro lado hasta el final”. Y añadió, “habéis demostrado que vuestra yihad es más fuerte que los tanques (de Israel)”.
La visita de Ahmadineyad ha despertado numerosos recelos en Occidente y entre los países árabes cercanos a Estados Unidos, donde se teme que este pueda ser un paso más en la gradual absorción del vulnerable y diminuto Líbano por parte del tándem Irán-Hizbulá, que sigue ejerciendo de facto como un Estado dentro del Estado.
A Occidente se refirió ayer el líder iraní en la Universidad del Líbano, durante un acto en que fue investido doctor Honoris Causa en Ciencias Políticas, en el que arremetió especialmente contra Europa y a la Administración norteamericana por tratar de frenar el programa nuclear de Teherán. Poco después, Mahmmud Ahmadineyad compartió en Beirut un almuerzo con el jefe del Gobierno libanés, Saad Hariri, al que también asistieron el presidente del país, Michel Suleiman, y el del Parlamento, el chiíta Nabil Berry.
Francia se apresuró ayer a lamentar el discurso de Ahmadineyad contra Israel, mientras que el primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, anunció que seguirá “defendiendo nuestro país” y que la propia existencia de Israel es la mejor respuesta a las amenazas del iraní. El portavoz del departamento de Exteriores israelí, Yigal Palmor, advirtió que lo escuchado ayer en Bint Jbeil y Qana no eran más que “las palabras de un pirómano obsesionado e incontrolado”.
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