Acusan a la ONU de mirar para otro lado con la violencia sexual de Hamás

«El silencio es complicidad», acusó Sheryl Sandberg, la que fue número dos de Mark Zuckerberg en Facebook, y una de las organizadoras, junto a la embajada de Israel ante la ONU, del evento. Asistieron cientos de personas y representantes de cerca de cuarenta países, entre ellos, España.

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Durante la sesión, se escucharon testimonios estremecedores de israelíes que participaron en la recuperación de cadáveres. Simcha Greinman, un voluntario en esas labores, describió cómo el cuerpo de una mujer tenía «uñas y diferentes objetos en sus órganos femeninos» o cómo los genitales de una de las víctimas estaban tan mutilados que no era posible saber «si era una mujer o un hombre».

Entre las evidencias encontradas en los lugares de la masacre están cadáveres de mujeres desnudos o semidesnudos, mujeres con los huesos pélvicos rotos o testimonios de forenses y personal de emergencias y de algunos de los pocos testigos directos que sobrevivieron a los atentados. Las autoridades de Israel mostraron el mes pasado un vídeo en el que una mujer cuenta que sobrevivió escondida al ataque de Hamás a un festival de música y vio cómo los terroristas violaban por turnos a una joven y cómo la mutilaban antes de pegarle un tiro en la cabeza.

Shari Mendes, integrante de una unidad del ejército de Israel encargada de preparar los cadáveres de mujeres soldado para su entierro, aseguró durante la sesión que vio cuerpos con «tiros en la entrepierna, en partes íntimas, en la vagina o en los pechos».

«Esto fue premeditado, fue planeado, fue ordenado», condenó Gilad Erdan, el embajador de Israel ante la ONU. «Por desgracia, los mismos organismos internacionales que se suponen que defienden a todas las mujeres mostraron que, cuando se trata de israelíes, la indiferencia es aceptable». Es una crítica habitual de Israel y de judíos de todo el mundo: las organizaciones internacionales de derechos humanos y activistas del feminismo han mostrado tibieza y un estándar doble frente a estas delitos sexuales contra mujeres israelíes. El centro de la indignación está en la propio ONU. De manera específica, en ONU Mujeres, la agencia que se declara como «defensora mundial de mujeres y niñas» y dedicada a «promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres».

El secretario general de la ONU, que condenó de manera inmediata a Hamás por los ataques del 7 de octubre, no dijo nada, sin embargo, de las evidencias crímenes sexuales de los terroristas hasta finales del mes pasado. Todavía hubo menos reacción en este sentido de quien se esperaba más. Hasta el pasado sábado, 57 días después de los ataques, ONU Mujeres no había condenado de forma específica a Hamás. «Condenamos de forma inequívoca los ataques brutales de Hamás en Israel el 7 de octubre», aseguró entonces la agencia en un comunicado en redes sociales. «Estamos alarmados por los numerosos testimonios de atrocidades por cuestión de género y de violencia sexual durante esos ataques».

Una semana antes, ONU Mujeres había compartido una condena similar en su cuenta de Instagram, pero la borró poco después de haberla colgado. Era una muestra de las dificultades que ha mantenido la agencia de la ONU para condenar a los terroristas, además del silencio sobre sus agresiones sexuales, mientras que desde comenzó la guerra en Gaza no ha dejado de insistir en las penurias que sufren las niñas y mujeres palestinas por la operación militar israelí.

Erdan aseguró que había enviado dos cartas a la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Sami Bahous, explicando las violaciones sexuales de los integrantes de Hamás, acompañadas con fotos de los cadáveres, y que no había recibido ninguna respuesta. Bahous ha sido embajadora de Jordania ante la ONU y ha tenido diferentes cargos en la organización internacional, como directora de la oficina del Programa de Desarrollo de la ONU en los países árabes.

A las afueras de la sede de la ONU en Nueva York, un grupo de activistas pro-israelíes se concentraron en protesta por la actitud de la organización internacional ante la violencia sexual de Hamás, con cánticos como «Me Too (el lema feminista contra los abusos hacia las mujeres), excepto si eres judía».

Pese a todas las evidencias, Hamás ha negado que sus integrantes cometieran ese tipo de agresiones sexuales porque es algo que no permite la ley islámica. «El mundo tiene que decidir a quién creer», dijo Sandberg. «¿Creemos al portavoz de Hamás que dice que violar esta prohibido y que por lo tanto no pudo ocurrir? ¿O creemos a las mujeres, cuyos cadáveres nos dicen cómo vivieron los últimos minutos de sus vidas?».