Evo Morales suspende el proyecto de construir una autopista en el Amazonas
Después de reprimir una marcha indígena sobre La Paz en protesta por la construcción de la carretera, el presidente de Bolivia da por paralizados los planes
Y la sangre llegó al río. Treinta y siete desaparecidos, decenas de heridos, mujeres embarazadas, niños y ancianos sintieron en carne propia el peso de la ley de Evo Morales. El presidente aimara de Bolivia ordenó a las fuerzas de seguridad que arrasaran con el ... campamento de un grupo de indígenas, de diversas etnias, que avanzaba a La Paz. El gentío llevaba 42 días en ruta, con destino la capital de Bolivia, para impedir la construcción de una carretera que partirá en dos el Parque Nacional Tipnis , limítrofe con las provincias de Cochabamba y el Beni.
Quinientos agentes de Policía entraron este fin de semana a saco, prendieron fuego a todo lo que encontraron a su paso y lanzaron una lluvia de gases lacrimógenos sobre los manifestantes que intentaron defenderse con flechas. La escena se registró cuando los indígenas se encontraban acampados en las inmediaciones del municipio de Yucumo, unos trescientos kilómetros al norte de La Paz.
En el dramático balance, según la Comisión de Comunicación de la Marcha, se registra la muerte de un bebé de tres meses por asfixia de los gases lacrimógenos. Durante el enfrentamiento los indígenas trataron de huir a los montes próximos . Los que no lo lograron fueron maniatados con cintas adhesivas y trasladados en cinco autobuses, una veintena de camionetas y varias ambulancias, a destinos inciertos. Los periodistas destacados en la zona denuncian que sufrieron maltratos y en muchos casos sus equipos de transmisión fueron arrebatados o inutilizados. Entre los detenidos se encuentra el diputado Pedro Nuni y el presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), Celso Padilla.
Después de las protestas de los indígenes sobre la construcción de esta carretera, Evo Morales ha suspendido el proyecto de las obras que atravesarían la zona del Parque Nacional Tipnis. El asalto al campamento ha provocado una crisis en el Gobierno de Evo Morales. La ministra de Defensa, María Cecilia Chacón, dimitió ayer tras expresar su desacuerdo. «No comparto la medida de intervención de la marcha», explica en su misiva en la que apela al «diálogo». La Central Obrera Boliviana, como respuesta, convocó para hoy una huelga general . Las reacciones en todos los ámbitos fueron críticas al Gobierno de Morales que ha intentado, en ocho ocasiones, resolver el conflicto en una mesa de diálogo.
Territorio «intocable»
El último intentó fue previo al primer brote violento. El sábado David Choquehuanca, canciller (ministro de Asuntos Exteriores), intentó disuadir a los manifestantes para que suspendieran su marcha a La Paz . En un episodio algo confuso hasta hoy, el ministro terminó, durante varias horas, convertido en escudo humano de la protesta que intentaba, en ese momento, traspasar un cordón policial.
El Gobierno habla de secuestro y rehén pero el canciller no ha utilizado esos términos.
Los manifestantes, agrupaciones indígenas que son el sostén de su Gobierno, miembros de su partido MAS (Movimiento Al Socialismo) y la oposición están furiosos con Evo Morales. Alejandro Almaraz, ex viceministro de Tierras, se sumó a la marcha y condenó al Gobierno: «Vamos a continuar… La brutalidad agresiva no nos va a derrotar. Nuestra decisión es inquebrantable. No solo es el Tipnis, son los derechos de todos. No lo permitimos ayer con las dictaduras militares y no se lo permitiremos al dictador Evo Morales».
El Gobierno propone un referéndum para resolver el conflicto pero los afectados le responden con la ley vigente: Tipnis está catalogado como TCO (Tierra Comunitaria Originaria) lo que significa, de acuerdo a la propia Constitución indigenista hecha por Evo Morales, que es intocable. Los indígenas están en contra de la carretera porque dicen que atenta contra el medio ambiente y convertirá la zona en un enorme campo de cultivo de hojas de coca, base para la producción de cocaína. Morales, además de presidente, es el líder de las seis federaciones de productores de hoja de coca pero sostiene que la carretera es necesaria para avanzar en un corredor bioceánico que atraviese la Amazonía por Brasil y Perú.
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