Grietas en el arquetipo islamista turco

El Ejército turco insiste en que las pruebas que investiga la justicia, a instancia de los islamistas, se refieren a meros «juegos tácticos de cuartel» y no a un programa para derrocar al partido en el poder. El Ejército turco —que se presenta como garante del carácter laico del estado— protagonizó en el pasado tres golpes de estado y en 1993 presionó para conseguir la caída del primer gobierno islamista, pero ningún analista le considera hoy dispuesto ni capacitado para repetir las asonadas.

La nueva disputa entre el partido islamista turco y las Fuerzas Armadas revela, no obstante, la apuesta arriesgada del primer ministro, Erdogán , para doblegar a los militares turcos a dos meses de las elecciones parlamentarias, aún a costa de poner en peligro la estabilidad del estado.

El AKP de Erdogán ha sido propuesto, con frecuencia, como el modelo a seguir para las revoluciones árabes en marcha. Tanto los islamistas moderados tunecinos como los Hermanos Musulmanes de Egipto afirman mirarse en ese espejo. Esa es también la tesis de algunos medios de la izquierda europea, que proponen para las nuevas transiciones árabes un «islamismo a la turca» , moderado y equidistante entre el liberalismo occidental —reclamado por los jóvenes árabes, protagonistas de las revueltas en las ciudades— y el radical de los talibanes afganos y los ayatolás iraníes.