Los belgas pierden la paciencia
El último portazo nacionalista a seis meses de búsqueda de coalición de gobierno extiende la frustración
ENRIQUE SERBETO
En las clasificaciones más insólitas, Bélgica acaba de pasar a puestos destacados en al menos dos de las más importantes. Este primero de año superó a Holanda en la duración de unas negociaciones para formar gobierno en la historia reciente y con más de seis ... meses solo le queda por adelantar al actual Gobierno iraquí. La segunda es aún más preocupante: el país ha entrado por primera vez en la lista de los 20 que menos confianza suscitan a los inversores, por debajo ya de Rumanía o el Líbano. La cuestión empieza a ser preocupante, aunque para los ciudadanos prevalece la impresión de que no sucede nada realmente puesto que las autoridades regionales tienen las competencias de la mayoría de los asuntos cotidianos.
Pero la realidad es que bajo esa corriente aparentemente apacible fluyen unas turbulencias que están desgastando los cimientos de este pequeño reino. El monarca, Alberto II ha recibido hoy al actual primer ministro en funciones, Yves Leterme (que ha dirigido los seis meses de presidencia rotatoria de la UE como si no pasara nada) al que ha encargado que elabore un presupuesto aún más riguroso que el que se han comprometido ante las autoridades europeas, seguramente para lanzar una señal de optimismo en dirección a los inquietos inversores. El mensaje se puede interpretar incluso como la aceptación de que la crisis va a durar aún más y que la interinidad del actual gobierno va para largo.
Voz de alarma
En realidad, para tener esta audiencia con Leterme, el Rey ha aplazado hasta mañana la que debe mantener con Johan Vande Lanotte, el socialista flamenco que ha protagonizado el último intento de formar una coalición de siete partidos que pudiera sostener un Gobierno. El presidente de la Federación de Empresarios de Bélgica ha lanzado la voz de alarma y se ha quejado de que la crisis le cuesta cada vez más cara a las empresas que tienen que aplazar decisiones estratégicas y pierden posiciones de mercado en el mundo. «Los políticos tienen tiempo para llegar a acuerdos, pero lo que está pasando ahora está superando todos los límites. Esto tiene que parar» ha advertido el jefe de los empresarios belgas Rudi Thomaes.
El fracaso de Vande Lanotte ha extendido una sensación de frustración porque el rechazo de su propuesta por parte de los nacionalistas flamencos del N-VA parece haber agotado todas las fantasías políticas posibles.Teniendo en cuenta que se trata de un país de apenas diez millones de habitantes y casi media docena de administraciones superpuestas que tiene que encontrar una combinación de siete partidos políticos de dos colectivos lingüísticos diferentes es como armar un rompecabezas a base de erizos y globos de colores. Los estudiantes universitarios están analizando la posibilidad de convocar el próximo fin de semana una manifestación a favor de la unidad del país, mientras la sociedad asiste cada vez más irritada a esta situación y la única razón por la que siguen yendo a votar es porque están legalmente obligados bajo la amenaza de una multa de más de 100 euros.
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