«Yo me vuelvo»: 50.000 británicos en España regresan a su país por el Brexit
En San Fulgencio (Alicante), con más ciudadanos del Reino Unido que españoles, muchos deciden hacer de nuevo las maletas por temor a perder la cobertura médica y la devaluación de la libra
José Luis Fernández
Si el referéndum sobre el Brexit se hubiera realizado solo en San Fulgencio –el único municipio con más británicos que españoles–, seguro que el resultado habría sido distinto.
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El miedo a sus consecuencias ya se ha notado con el éxodo de varios miles de ... residentes, de regreso al Reino Unido , sobre todo por no saber si seguirán contando con cobertura médica y por la pérdida de poder adquisitivo con la devaluación de la libra esterlina.
En toda España, el número de empadronados de esta nacionalidad ha caído en 50.000 desde que se anunció esta salida de la Unión Europea, en 2015, a falta de los datos de este último año, según las estadísticas del INE. De esa cantidad, más de 22.000 se han dado de baja en la provincia de Alicante .
«Me hace la vida más dura, mucho más difícil, porque tenemos mucho menos dinero de la pensión de todos los meses, ya que el cambio de libras a euros solía ser 1,4 y ahora es 1,1, y me cuesta 300 euros cada mes», se lamenta Brian McLaughlin, ingeniero escocés jubilado, mientras pasea su perro por la urbanización La Marina, un auténtico mar de bungalós que se pierde de vista sobre una ladera elevada y próxima al Mediterráneo, en el sur de la Costa Blanca alicantina.
«Me hace la vida más dura. Tenemos mucha menos pensión»
Este afincado en España desde hace 17 años «adora» esta zona y se muestra bastante descontento con el Brexit («es muy malo, estúpido, absurdo») y una de las razones por las que a mucha gente no le gusta vivir en el Reino Unido. Por eso él vive en La Marina.
En parecidos términos analiza la situación otro trabajador retirado, Mahaolar Farrisin, inglés en este caso, que durante mucho tiempo ejerció como mecánico de ralis para Ford y se ocupó de coches de «muchos pilotos», como el campeón mundial español Carlos Sainz. De hecho, mientras contestaba a ABC para este reportaje, tenía las manos en la «masa» dentro del motor de su propio vehículo. «En mi opinión, es una estupidez lo que están haciendo», y no lo dice porque crea que le va a afectar en su vida en España, pero augura que el Brexit será bastante malo para la economía y también le irá mal a la Unión Europea.
«Es una estupidez lo que están haciendo, también la UE»
Aunque como irlandesa está a «salvo» de este divorcio del Reino Unido de la Unión Europea, Sue Sargent asiste con desasosiego a esta transición traumática, como testigo directo por la clientela de su restaurante, Plaza 39, donde todos los carteles de menús y servicios están en inglés, y no es por casualidad. «Les está afectando gravemente, desde el Brexit ha caído dramáticamente y la gente está cobrando mucho menos por su pensión, muchos se han vuelto y aquellos que se han quedado todavía aquí están muy asustados acerca de qué va a significar esto para ellos en el futuro, y hasta que sepamos cuál es el acuerdo, si es que hay un acuerdo, estamos viviendo en este limbo y quién sabe lo que va a pasar», describe la hostelera.
Sin duda, se ve menos animación en este local de San Fulgencio por este éxodo. «Muchos se han vuelto, muchos... Son tiempos muy difíciles para todos, las personas que todavía no son residentes en España lo están encontrando muy difícil para tener cita para convertirse en residentes, algunos llevan meses y meses y todavía no lo han conseguido, y estamos a dos semanas justas [del Brexit], por lo tanto, ellos están pensando “será mejor que me vuelva”», añade Sargent.
Igualmente, corrobora que «se han ido muchos» Juani, empleada de la oficina Tourist Info en esta macrourbanización, que elogia los esfuerzos del Ayuntamiento por atraer a nuevos foráneos a este municipio que ha ganado en dimensiones gracias a este turismo residencial.
También hay quien se atreve a pronosticar un efecto contrario, una llegada a este litoral y, en general, de británicos a España y otros países, cuando se despeje la duda de la cobertura sanitaria. Es el caso de Pascal Freijser, manager de Producto de la inmobiliaria Casa Las Dunas, holandés que vende sobre todo a compatriotas suyos, aunque también gestiona muchas viviendas en venta de británicos, que en la actual coyuntura «han bajado sus expectativas» y se conforman con precios inferiores a los que pedían hasta hace poco tiempo, porque están «preocupados». Precisamente la incertidumbre sobre el futuro pos-Brexit en el Reino Unido propiciará que muchos de sus ciudadanos opten por irse a vivir al extranjero, según su análisis.
«Nos va a hacer daño, aquí ya hemos pasado de 14.000 a 7.900»
« Nos viene fatal y nos va a hacer daño , aquí ya hemos pasado de 14.000 habitantes a 7.900 en apenas seis años y hay más población británica que española, las elecciones se deciden en esta parte del pueblo y hay dos concejales británicos», relata Francisco Molero, primer teniente de alcalde y concejal de varias áreas.
Conscientes de las repercusiones en su economía local , en el equipo de gobierno municipal miman a estos vecinos que se concentran en la zona de expansión de la última década, separada físicamente del casco urbano de toda la vida varios kilómetros, pero dotada con todos los servicios, incluido un centro médico y una oficina para papeleos y trámites del Ayuntamiento , además de huertos urbanos. En resumen, pueden hacer vida sin necesidad de acudir al centro del pueblo.
«La clientela ha caído, muchos se vuelven y los que se quedan están muy asustados»
Por esto están tan pendientes de las negociaciones de la Generalitat Valenciana para proporcionar un seguro médico que retenga a esta nutrida colonia de población estable. Molero también apunta a la posibilidad de que tengan un estatus similar al de los suizos, que cada cierto tiempo –unos tres meses– deben ir a su país para poder volver a su residencia habitual en España, ya que no están en la Unión Europea.
«Les gusta tanto estar aquí que incluso en la pandemia, cuando tenían que pasar una cuarentena al volver al Reino Unido, se venían igualmente a pasar unos días», recuerda el concejal.
«Los británicos venden ahora sus casas a precios más bajos»
Esa pasión no se mide solo con el censo de habitantes, porque hay también muchos residentes no empadronados, por cierto temor a desvincularse de sus raíces, lo que lastra la gestión municipal a la hora de pedir fondos a otras administraciones para cubrir servicios, ya que esa parte de la población flotante no inscrita también requiere atención, pero no cuenta a efectos de subvenciones y dotaciones económicas.
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