Vuelven las 'Blackflag', las 'rondas negras' de la época fascista para apalear a inmigrantes en Italia
Son muy jóvenes, hacen proselitismo con llamadas a la violencia en internet y se convierten en matones contra jóvenes inmigrantes a los que llaman «escoria extranjera»
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Iniciar sesiónVuelven las « rondas nocturnas », un triste recuerdo de la época fascista . No es la primera vez. Lleva hablándose de grupos violentos de extrema derecha es de hace varios años pero es ahora, en medio de una pandemia y sirviéndose de las ... redes sociales, cuando suenan las alarmas. Se llaman « Blackflag », son muy jóvenes, hacen proselitismo con llamadas a la violencia en internet y se convierten en matones contra jóvenes inmigrantes a los que llaman «escoria extranjera». Un fenómeno neofascista que se ha hecho notar en la ciudad véneta de Vicenza (114.000 habitantes), creando preocupación porque empieza a tomar cuerpo sobre todo en el nordeste de Italia.
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Un incidente violento ocurrido en febrero en Vicenza les dio ocasión para darse publicidad en las redes sociales. Un grupo de jóvenes atacó el 22 de febrero un controlador de la STV (Società Vicentina Trasporti), que acabó en el hospital tras recibir una patada en la cara por pedirles el billete de autobús. Poco después, se tenía conocimiento de la constitución de un grupo denominado «Vicenza Blackflag», que nacía precisamente para atacar a grupos como el que agredió al controlador del autobús y a las baby gang (fenómeno de macrocriminalidad de pandillas organizadas) y lo que ellos llaman la « escoria extranjera ». Posaron para la foto bajo una pancarta colocada ante la entrada a los Jardines Salvi de Vicenza con esta frase: «Contra las baby gang solo estás tú y tu crew» (por la palabra crew se entiende equipo para la ronda). Sus edades están entre los 18 y 25 años, y suelen vestir jeans, chaqueta negra, capuchas y mascarillas.
Proselitismo en redes sociales
En sí misma, la foto podía haber pasado más o menos desapercibida, pero se acompañó de un mensaje en Instagran, donde el grupo se había inscrito como «VicenzaBlackFlag», con frases que suscitaron la alarma de la policía: «Hoy le rompieron la cabeza a un controlador indefenso de la SVT, mañana podrían violar a tu novia o a tu hermana. ¿Durante cuánto tiempo tendrán nuestras calles que ser rehenes de estas baby gang de extranjeros? No somos los chicos de la parroquia, no somos los boy scouts y no somos burgueses tímidos que invocan las soluciones cómodas», escribía el grupo de Blackflag de Vicenza. Tras advertir que ellos no avisan a la policía y se toman a justicia por su mano contra las baby gang, los extranjeros y sus «tutores progresistas», hacían un llamamiento a los jóvenes: «A ti, chico europeo, te decimos: despierta. Diez mil años de historia pesan sobre tus hombros, tienes la capacidad de formar con tus compañeros rondas que puedan contrastar esta escoria que invade nuestras calles. Entrena tu cuerpo, adiestra tu mente y crea comunidad. ¡La voluntad es nuestra única ley!», concluía el mensaje de los Blackflag de Vicenza, cuya página Solidea Ardita de Instagram fue eliminada. Pero otras se mantienen en canales ocultos y chats encriptados.
Racismo y xenofobia
Desde luego, no son nuevos estos mensajes cargados de racismo y xenofobia. En los mismos términos el grupo de extrema derecha Forza Nuova lanzó en 1917 carteles con el diseño de una persona de color violando a una mujer, bajo este texto: «Defiéndela de los nuevos invasores. Podría ser tu madre, tu mujer, tu hermana, tu hija».
El resurgir de jóvenes neofascistas en Vicenza con su pretensión de actuar como grupos en rondas contra el inmigrante invasor ha tenido repercusión inmediata en los medios italianos, sobre todo en los regionales. También se ha hecho eco el periódico nacional 'La Repubblica': «El modelo que buscan los nuevos jóvenes ‘rondistas’ es importado de Alemania y Francia, donde grupos persiguen a pandillas extranjeras. En los últimos dos años en Treviso, ha habido varias palizas a inmigrantes. Pocos casos son denunciados. Lo mismo en Padua. En Verona, el clima hacia las comunidades extranjeras por parte de grupos de extrema derecha es de creciente hostilidad», escribe 'La Repubblica'. Maurizio Marinelli, director del Centro de Estudios de Seguridad Pública de Brescia, afirma que «con la llegada del Covid, las patrullas fascistas, al menos en su versión tradicional, se han disipado. Pero el componente ultra en este tipo de grupos es todavía fuerte y, al estar los estadios cerrados, han crecido».
Antecedentes
Las patrullas nocturnas, en su pasado relativamente reciente, recuerdan a las patrullas padanas, para vigilar en algunos barrios de ciudades del norte, cuando la Liga Norte (hoy rebautizada simplemente Liga) soñaba con una Padania independiente. Nacidas en el año 2007, fueron «institucionalizadas» dos años después por el entonces ministro del Interior, Roberto Maroni, en el gobierno de Silvio Berlusconi. En total hubo unas 70, de ellas 17 solo en Lombardía. Su experiencia fue muy poco afortunada. Casi una década después las rondas han sido lanzadas por grupos de extrema derecha ligados sobre todo a Forza Nuova y Casa Pound, sobre todo en barrios con cierta delincuencia de algunas ciudades italianas. Su objetivo era casi siempre el mismo: el inmigrante.
«Fenómeno peligroso»
En general, la reacción de la opinión pública a las patrullas nocturnas del pasado y ahora frente a las nuevas rondas o Blackfag es negativa, al tiempo que se muestra preocupación porque haría falta más vigilancia policial en las calles. El delegado del gobierno en Vicenza, Pietro Signorello, ha reconocido que el fenómeno es peligroso: «Las rondas causan un peligro potencial. La respuesta (a la violencia) la deben dar las fuerzas de policía; no tenemos necesidad del far west. Los sistemas jurídicos existen y funcionan».
El propio controlador de la Sociedad de Transportes de Vicenza, Fausto Panizzon, agredido salvajemente por un grupo de jóvenes, ha rechazado que se formen patrullas para tomarse la justicia por su mano: «Ciertos personajes aprovechan cualquier excusa para demostrar su vulgar racismo. No fui atacado por un "marroquí”, sino por una persona violenta. Yo pido justicia, no ciertamente venganza y rechazo que se utilice mi caso para difundir las habituales ideas racistas y xenófobas».
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