Venezolanos olvidados en el purgatorio del sueño americano

Huyeron a EE.UU. porque la Casa Blanca denunciaba los graves abusos del chavismo y ofrecía su apoyo, pero hoy padecen la demora de sus permisos de residencia y trabajo. Algunos hasta son deportados y represaliados de nuevo por la dictadura

Unos 140.000 venezolanos han entrado en Estados Unidos desde 2020 por la frontera de México. En la imagen, un grupo de ellos cruza el Río Grande Reuters / Vídeo: La historia de Ricardo Villasmil, uno de los venezolanos que huyen de la represión chavista

Cuando Adriana González, de 38 años, entró por fin en mayo del año pasado a Estados Unidos, sintió un inmenso alivio y pensó que el calvario por el que habían pasado ella y su familia –marido y dos hijos–, tocaba a su final. Había partido ... en julio de 2019 de Venezuela, tras padecer las amenazas y agresiones del régimen . En México fue detenida por la policía y extorsionada por el narco, y EE.UU. la había devuelto en caliente tras intentar cruzar ilegalmente para pedir asilo.

Cuando se fue de Venezuela en 2019, González, como muchos otros nuevos exiliados, tenía muy presentes las palabras que había pronunciado el entonces presidente norteamericano, Donald Trump, en Naciones Unidas: «A los venezolanos atrapados en esta pesadilla, sepan que todo EE.UU. está junto a ustedes». Hoy, ella no sabe si su suplicio ha acabado realmente y si las autoridades en EE.UU. están cumpliendo sus promesas.

Farmacéutica de formación, desde que entró en EE.UU. González espera permiso de trabajo. Y no tiene más remedio que trabajar de forma irregular , en lo que le ha surgido, es decir, la construcción, demoliendo casas. «Yo no quiero ser una carga para el Estado, y tengo que trabajar para mantenerme», dice. «Cada vez hay más obstáculos para los venezolanos, no solamente los que tenemos para salir de Venezuela, que cuesta mucho y todo lo que hemos pasado. Resulta que ahora, cuando llegamos a este país, cada vez hay más trabas, cada vez se nos cierran más las puertas. Nos llevan a hacer cosas que no debemos, por lo menos en mi caso», añade.

Después de que EE.UU. reconociera en 2019 a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y apoyara un pronunciamiento en contra del régimen de Nicolás Maduro, el éxodo de venezolanos que huían al norte hacia EE.UU. se intensificó. El máximo histórico, rozando las 25.000 detenciones de irregulares, fue en diciembre de 2021. Desde 2020 han cruzado la frontera de México a EE.UU. 140.000 venezolanos . Según Naciones Unidas, son unos seis millones los venezolanos en el exilio, que es uno de los mayores éxodos humanitarios del mundo, similar al de los desplazados tras la guerra civil siria.

El giro de Biden

Sin embargo, tras romper relaciones diplomáticas con Maduro en 2019, Joe Biden envió a principios de este mismo mes a su máximo asesor para América Latina, Juan González, a reunirse con Maduro en Caracas, abriendo una nueva vía de diálogo que ha alarmado a los opositores a la dictadura y provoca el temor entre muchos exiliados de que el cambio democrático en su país siga siendo muy lejano.

El aumento de la represión en Venezuela hace además que muchos de los exiliados teman quedar como ilegales en EE.UU. y ser deportados a un país que castiga a los disidentes . Ese es un temor muy real dadas las demoras del servicio migratorio y la saturación de los cortes de justicia que llevan los casos de inmigración en EE.UU. A finales del año fiscal que acabó en septiembre de 2021 había un total de 667.000 casos de asilo pendientes, de todas las nacionalidades. Son dos tercios de las solicitudes presentadas desde 2000.

Atrapado en el sistema

Desde 2015 esperan María Gómez y su familia –esposo y dos hijas– que les llegue la entrevista de su caso de asilo. Desde entonces esta venezolana, que se vio obligada a salir de su país también por persecución política, no puede salir de EE.UU., uno de los efectos de quedar atrapado en el laberíntico sistema migratorio norteamericano . Aunque tiene un permiso de trabajo que se renueva cada dos años, la angustia de perderlo y ser deportada pesaba como una losa hasta que en marzo de 2021 la Administración Biden otorgó el llamado Estatus de Protección Temporal frente a deportación a unos 320.000 venezolanos que se encontraban en este limbo migratorio.

«Fue una bendición, para mí y para nuestra familia. Y fue un alivio sentir que había como como una losa que se quitaba», dice Gómez a este diario. «Antes no teníamos protección como tal, porque en cualquier momento nos podían decir: bueno, ya no te hago más renovación del permiso de trabajo o simplemente te tienes que ir», añade.

Gómez afirma que la Embajada venezolana en Washington, nombrada por Guaidó y comandada por el veterano opositor al chavismo Carlos Vecchio, la guió en el proceso tras haber presionado a la Casa Blanca y al Capitolio para que aprobaran este Estatus de Protección Temporal. Desde que fue aprobado, ya han solicitado ese estatus 237.500 personas, y solo 90 han sido rechazadas . Para poder beneficiarse, estos venezolanos tienen que demostrar que han vivido en EE.UU. desde antes del 9 de marzo de 2021 y que carecen de antecedentes delictivos.

Esta semana quince diputados de Florida solicitaron al gobierno que extendiera el estatus y demorara la fecha de llegada requerida al 31 de diciembre de 2021. La fecha tope para que los venezolanos presentaran por primera vez la solicitud expiraba el 5 de septiembre de 2021, se prorrogó al 9 de septiembre y ahora los diputados de ambos partidos creen que es necesario otorgar otra prórroga .

El pasaporte de Gómez, además, caducó en 2016, y al romper la dictadura relaciones con EE.UU., le es imposible renovarlo. El gobierno interino de Guaidó también logró, por medio también de su misión diplomática en EE.UU., que la Casa Blanca reconozca a efectos de validez pasaportes venezolanos caducados por un espacio de cinco años.

Lo cierto es que a pesar de denunciar que Venezuela se ha hundido en una dictadura que vulnera derechos humanos de forma sistemática, EE.UU. ha seguido repatriando a algunos venezolanos , varios de ellos sin antecedentes, por medio de escalas en Colombia, la República Dominicana, Trinidad Tobago y otros países. No son muchos. Según los datos más recientes del servicio migratorio de EE.UU., 176 personas en el año fiscal 2021.

Uno de ellos fue Ricardo Villasmil, de 23 años, huido con su familia de la represión chavista, ingresado de forma irregular por México y deportado en solitario a Caracas en octubre de 2021 por medio de una escala en la República Dominicana, tras pasar cinco meses detenido en EE.UU. Tras su expulsión, Villasmil volvió a entrar de forma irregular por México ya a principios de 2022, y fue detenido una segunda vez por EE.UU., y encerrado en un centro de detención migratoria. En esta segunda ocasión, Villasmil viajaba con su esposa, embarazada de dos meses . Ella quedó en libertad tras ser detenida ya en EE.UU. El primer medio en revelar la historia de Villasmil fue Telemundo.

Deportaciones

La madre de él, Carolina Esparza, cuenta hoy a ABC que a Ricardo no le quedaba más remedio que volver a salir de Venezuela porque a muchos exiliados que regresan, más si son deportados, les espera la represión del chavismo . «Al llegar él a Caracas comenzó una nueva pesadilla porque lo maltrataron y le sacaron todo el dinero los cuerpos policiales porque él venía de EE.UU. deportado y decían que era un infiltrado. A él lo tuvieron siete horas en una posición con la cabeza entre las rodillas», explica.

Tras pasar detenido quince días en un centro de Tejas, Villasmil se reunió con su familia en Miami el mes pasado. Según dice su madre, este calvario, y las incertidumbres que tienen por delante, han valido la pena. «En el gobierno en Venezuela está el verdugo, el dictador, el hombre que le robó el futuro a mis hijos, a mí y a muchos hermanos venezolanos que están hoy en esta gran nación luchando. En Venezuela no vivíamos, la realidad es que sobrevivíamos, mis hijos crecieron siempre asustados pensando que yo no volvería a casa, como un día no volvió su papá», dice. El padre de Villasmil fue asesinado en Venezuela en 2008.

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