Ucrania gana en el frente del humor

Las bromas han acompañado el curso de la guerra, incluso en los peores momentos

Mónica G. Prieto

Mónica G. Prieto

Diez de la noche y en la estación de Kiev, donde los niños corretean y las mujeres consultan su móvil -con su pareja, padre o hijo vestido de uniforme como fondo de pantalla- cuando suena estruendosa la alarma antiaérea. Nadie se esconde: es la alerta ... de uno de tantos teléfonos cuyos dueños han decidido confrontar la adversidad de la guerra con humor negro. El tono está más extendido de lo que parece: incluso en Kramatorsk , capital del Donetsk ucraniano, donde la guerra mata a 100 soldados ucranianos y hiere a 500 por día, los móviles compiten con las alertas de ataques aéreos demostrando la tenacidad y el humor de una población que se niega a vivir aterrorizada .

«Cada broma es una pequeña revolución», decía George Orwell . En la Ucrania invadida, cada broma es un gesto de resistencia y un arma psicológica que eleva la moral de la comunidad bajo las bombas rusas. El sentido del humor local que tanto contrasta con la ausencia del mismo en Rusia ha marcado los más de tres meses de guerra como vía de escape necesaria para los agredidos, que no están dispuestos a ceder al chantaje de la adversidad. Ese fue el motivo por el cual los cómicos Felix Redka, Ilya Glushchenko y Kostya Yatsenko , tras tres semanas atrapados en sus casas con sus familiares, decidieron adaptar sus habituales stand-up en YouTube a la guerra e incluso ir más allá, organizando una actuación que se vio desbordada por la respuesta del público.

«Nuestra vida se había convertido en el Día de la Marmota», explica Félix. «Nos pasábamos el día en nuestros respectivos sótanos leyendo periódicos. Comenzamos a trabajar con contenidos online y la reacción de la gente fue tan buena que consideramos que era el momento de ir más allá y actuar en directo», continúa. Pronto comprobaron que la vida en un sótano con sus padres era material en bruto para sus monólogos. Organizó una consulta en las redes sociales que fue aprobada de forma masiva por sus seguidores. 150 personas confirmaron su asistencia en 30 minutos , ávidos de distender la implacable tensión bélica que se abatió inicialmente en el país.

El humor dignifica

Como explicaba una periodista ucraniana, la tensión del encierro obligado por las bombas solía ser rota por ocurrencias del tipo «es como vivir de nuevo con nuestros padres, con tu madre diciendo ‘venga, limpia bien el cuarto, que si nos bombardean los rusos no quiero que la gente vea cómo lo tienes». Un sentido del humor absurdo que funcionó a la perfección. «El Ejército nos autorizó a celebrar el espectáculo en un sótano, que fue previamente asegurado para minimizar la posibilidad de un bombardeo », continúa Kostia. El lugar elegido fue un refugio antibombas, con pesadas puertas de acero y los suelos forrados de colchones. Buscaron una hora diurna en la que no solían producirse bombardeos. Y cogieron el micrófono.

M.G.P.

«Cada mañana intento buscar el lado positivo de las malas noticias. Por ejemplo, abro Telegram y leo “los rusos secuestran al alcalde de Melitópol». Y pienso «eso es increíble, si tenemos suerte también secuestrarán a Lysenko» [Oleksandr Lysenko, el alcalde de Sumy, que no goza de buena reputación]. En otro momento del espectáculo, cuenta lo siguiente. «Estábamos el otro día en la carretera y vemos un carro de combate con un soldado buriato. Nos da el alto, y dice «por favor, abran el maletero», muy educado. Lo abrimos, mira dentro y dice «muy bien, pueden circular, que tengan buena tarde”. Y pensé “Qué educación. Debería recibir una llamada justo ahora que diga ‘hola, este es el Servicio de Atención al Cliente del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa. Por favor, valore nuestros servicios del 1 al 10. “Uno”, respondería. “¿Por qué? ¿Qué hemos hecho mal?” “¡Ir armados y llevar carros de combate!”».

El público, como se aprecia en los vídeos publicados por Redko en YouTube, no paró de reír. «Nunca pensé que podría funcionar tan bien. La gente tenía una enorme necesidad de reír y trivializar el horror, cada pequeña broma les llegaba muy al fondo. De pronto todos éramos uno, todos vivíamos la guerra con una abuela que decía cosas muy inoportunas o fuera de lugar», explica el joven de 24 años.

En cierta forma, continúa el humorista, «el humor nos dignifica porque realza nuestra fortaleza frente a la posición de debilidad en la que nos pone la guerra». Su colega Félix coincide. «Puede quedar mal decirlo, pero la reacción de la gente ante el espectáculo es mejor de lo que ha sido jamás. La guerra nos ha negado el humor durante las primeras semanas, por eso necesitamos reírnos más que nunca».

Más sentido del humor que en Rusia

Las bromas han acompañado el curso de la guerra, incluso en los peores momentos. Desde el antológico «Que te jodan, buque de guerra ruso» -la respuesta de los guardias de la Isla de las Serpientes conminados por un barco de guerra ruso a rendirse, que ha dado lugar a pósteres, camisetas y hasta un sello del servicio postal ucraniano donde se ve a un soldado local levantando el dedo anular- hasta la contraseña empleada en los checkpoints, Putin Capullo o innumerables memes burlándose del supuesto segundo ejército más poderoso del mundo demuestran la capacidad del pueblo ucraniano de reírse de la adversidad. Cuando las fuerzas ucranianas hundieron el buque Moskva, el ministro de Defensa tuiteó una foto de sí mismo buceando con el mensaje: « Ya tenemos otro destino de buceo en el Mar Negro ».

«El humor está íntimamente ligado a nuestra identidad y nos distingue de Rusia », prosigue Kostya, quien admite estar «desrusificando» sus espectáculos siguiendo la tendencia generalizada de distanciarse culturalmente del otro lado de la frontera. «Nuestras culturas han sido bastante similares dado que la rusa interfirió durante mucho tiempo, y ahora el humor nos distancia de ellos, sobre todo porque aquí tenemos la libertad de hablar y bromear sobre lo que queramos y ellos no pueden hacerlo».

«Los chistes que mejor funcionan en el espectáculo Stand Up en el Refugio son los referido a mi padre, que sirve como militar. Un día le llamé para decirle que tenía buenas noticias. Yo estaba encantado: le conté que Elon Musk nos había enviado Stalink para mantener la conexión a Internet, y mi padre, que está en el frente, contestó muy molesto. ¿Y de qué nos sirve? ¿Para combatir escuchando música pop? En otra ocasión, encontré un CD con fotos de mi padre rotulado como Verano de 2014. Resultaron ser las fotos de la guerra del Donbass, en la que también sirvió», explica Felix.

En una autopista, un autobús de línea ha sustituido la ruta Kiev-Járkov en el panel luminoso del frontal por el eslogan 'Putin Capullo'. El oligarca y filántropo Oleksandr Fieldman, dueño del mercado de Barabashova -el más grande de Ucrania, parcialmente calcinado por los bombardeos- muestra en su teléfono un vídeo humorístico grabado en las ruinas humeantes del mercado, en el cual un chef georgiano prepara comida con una destreza impresionante para luego servirla a los comensales como si de un restaurante barbacoa se tratase. Incluso las cuentas oficiales del Gobierno ucraniando en las redes sociales demuestran un sentido del humor hilarante.

Cuando el primer ministro ucraniano se reunió con el presidente del Consejo Europeo, con quien guarda un parecido tan asombroso que parecen gemelos, la cuenta del Gobierno tituló la foto: «Nuestro primer ministro es el de la derecha». Otro tuit de la misma cuenta detallaba los tipos de dolor de cabeza que cabe imaginar: migraña si duele la frente, hipertensión si el dolor abarca la parte superior de la nuca, estrés cuando abarca desde la frente hacia la nuca y vecindad con Rusia si duele todo el cráneo y baja por el cuello. Uno más de las múltiples cuentas especializadas en memes con los que reírse de la guerra: la imagen de un camión vacío, con las puertas abiertas, con el rótulo El primer cargamento de buenas intenciones procedente de Alemania llega a Ucrania.

«El humor no sólo nos funciona como terapia, en Ucrania es una herramienta típica para enfrentar problemas como la corrupción. El hecho de que hayamos elegido a un humorista como presidente es muy significativo», añade Redka. Volodímir Zelenski abandonó cualquier atisbo humorístico el mismo 24 de febrero, fecha desde la cual se muestra como un líder a la altura de una invasión que desangra el país, pero nadie olvida su capacidad para calar a la sociedad y reírse de sí mismo. «El humor no es un remedio, pero sí nos mejora el ánimo en tiempos oscuros», concluye Redko. «Puede que no sea un arma, pero ayuda a resistir psicológicamente a la agresión».

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