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La tragedia de «los niños de Ceaucescu»

Nicolae Ceaucescu ABC

LIUBLIANA. «Nacimientos por encargo. Los hijos del decreto», con este título la televisión nacional de Rumanía ha emitido un documental que describe las consecuencias escalofriantes de la política demográfica impuesta por el dictador Nicolae Ceaucescu (1918-1989). Más de dos millones de niños nacieron concebidos por orden de Ceaucescu en el plazo de tres años, miles de ellos fueron abandonados, mientras unas 10.000 mujeres fallecían a consecuencia de abortos clandestinos.

En 1967, un año después de ser nombrado secretario general del Partido Comunista rumano, y como parte de una alucinada política económica, Nicolae Ceaucescu decretó el incremento demográfico de la población de Rumanía. No sólo prohibió el aborto, sino todo tipo de anticonceptivos, y poco más o menos que ordenó a cada familia que trajera más hijos al mundo y al Estado rumano. Con el Decreto 770 impuso a las mujeres el «deber patriótico» de parir la mayor cantidad posible de hijos, cuatro por lo menos. Y con la denominada «ley de continuidad nacional» dictaminó que «quienes no asumen el deber de tener hijos son desertores de la nación». En su delirio planificador, llegó a declarar que «el embrión humano es propiedad de toda la sociedad», es decir, del Estado.

A las mujeres les impuso la obligación de someterse en su lugar de trabajo a pruebas mensuales de embarazo y a entregar justificaciones médicas en los casos en que se constatase «un estado de no embarazo persistente». Florin Iepan sostiene que el embarazo era controlado por las milicias del régimen, para identificar a las que hubiesen abortado y denunciar a quienes les hubiesen ayudado. Las infractoras eran castigadas con la cárcel. Al intensificarse el control policial, los abortos eran realizados en centros clandestinos sin control ni higiene y con cuestionables métodos caseros.

Entre los testimonios recogidos está el de una famosa diseñadora rumana, que dice haber abortado en la mesa de la cocina. Algunos médicos recuerdan a mujeres maldiciendo su suerte por tener que parir hijos por decreto. Y cuentan cómo se las arreglaron para proteger de las milicias a mujeres con graves complicaciones de salud por haberse sometido a abortos clandestinos.

Dos millones de niños

En los tres primeros años de aplicación del Decreto 770 nacieron dos millones de niños. Muchos queridos, pero otros tantos no deseados o incluso aborrecidos, con la trágica consecuencia de que miles de ellos fueron abandonados. La mayoría de las familias rumanas de entonces eran demasiado pobres como para soñar con sostener a cuatro o cinco hijos.

Muchos de los niños abandonados terminaron viviendo en las cloacas de las grandes ciudades o fueron recluidos en orfanatos insalubres donde crecieron en condiciones inhumanas. En aquellos tristes establecimientos eran abandonados pequeños afectados por las más variopintas enfermedades, el sida entre ellas.

A la caída del régimen en 1989, Rumanía registraba la tasa de mortandad infantil más elevada de Europa. «Nacidos por encargo. Los hijos del decreto» es uno de los pocos documentales que habla de esa terrorífica historia y de una época que todos parecen querer olvidar cuanto antes.

Pero sus consecuencias se encuentran aún presentes. En 2004, según Unicef, en Rumanía fueron abandonados 4.000 recién nacidos, un 1,8 por ciento del total. Fenómeno que se considera consecuencia de la persistente falta de educación social y sexual, y de las pobreza que aún aflige al país. Hay aún en la actualidad 40.000 niños en los orfanatos; y desde 1989 otros 30.000 han sido dados en adopción.

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