Un convoy con medicinas y comida consigue entrar en Tombuctú

Tombuctú, una de las tres capitales del norte del país sacudida por una guerra no declarada desde el pasado enero, está en manos de independentistas tuareg y guerrilleros yihadistas . Con ellos tiene que negociar el que quiera ayudar a la población local.

«Hemos llevado cinco toneladas de víveres, arroz, al hospital de Tombuctú, esterillas, mantas y también medicamentos», ha explicado a AFP Adama Diarra, presidente de honor de la Cruz Roja de ese país africano y responsable de la expedición.

«Vamos a organizarnos rápidamente. Los distintos grupos armados han aceptado la idea de abrir un corredor humanitario. Vamos a enviarles rápidamente una carta para formalizar todo esto. Vamos a ayudar a Tombuctú y a las otras regiones del norte», añadió asegurando que todo lo que han conseguido entregar es ayuda adquirida en Malí .

La población, muchos de ellos desplazados por el conflicto, «necesita ayuda urgente», reconoce Diarra, señalando que es necesario reparar los suministros de agua potable y electricidad .

La inestabilidad generada por el golpe de estado que un grupo de militares dieron en Bamako el 22 de marzo dio alas a los tuareg y los radicales islámicos que tenían desde enero contra las cuerdas al Ejército.

El nuevo Primer Ministro, Cheik Modibo Diarra, nombrado con el acuerdo de la Junta Militar golpista, se ha mostrado dispuesto a negociar con los grupos del norte salvo con aquellos que «cortan cuellos a cuchillo» , en referencia a los radicales islámicos que supuestamente ya han impuesto de esta forma su ley en algunos casos. «Nunca abandonaremos jamás» a los habitantes, ha dicho en su primer discurso tras tomar posesión el jueves.

A primeros de abril los rebeldes tuareg y los yihadistas dieron la puntilla a la autoridad central en el norte y se hicieron con las principales ciudades. Los rebeldes declararon una independencia que nadie más que ellos ha reconocido hasta ahora y los yihadistas dan pasos para imponer la «sharía» (ley islámica). En medio, la población, víctima de esos grupos armados, de los asaltos a almacenes de comida y centros hospitalarios y azotados desde hace años por la sequía y la hambruna.