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Macron, a Le Pen: «El nacionalismo es la guerra»

El temor a la abstención marca el debate presidencial francés

Los candidatos a las presidenciales francesas EFE

JUAN PEDRO QUIÑONERO

A 18 días de la primera vuelta de la elección presidencial en Francia , los once candidatos a la jefatura del Estado han protagonizado este martes el único debate colectivo de la campaña, entre el «circo publicitario» y tres debates de fondo: «¿Cómo crear empleos?» «¿Cómo proteger a los franceses?» «¿Cómo hacer realidad el modelo social que usted propone?».

Ante la pregunta capital, «¿cómo crear más empleos?», dos candidatos partidarios de la sociedad abierta , Europa y la OTAN, Emmanuel Macron (social reformista 25% intenciones de voto en la primera vuelta) y François Fillon (conservador 17,5%), defendieron posiciones bastante similares, ante un « búnker » de candidatos de extrema derecha y extrema izquierda, hostiles o agresivamente hostiles a la zona euro, Europa y el libre comercio. A juicio de Macron, Francia debe consumar una «revolución»: « Libertad de empresa, menos impuestos . Son las empresas las que crean puestos de trabajo». Sin discutir esos principios básicos, Fillon defendió una « ruptura rápida » de la herencia de François Hollande, con un tratamiento más «enérgico» de las reformas de fondo.

Frente a los candidatos partidarios de la sociedad abierta, Marine Le Pen (extrema derecha, 25% intenciones voto primera vuelta), Jean-Luc Mélenchon (extrema izquierda, 15,5%), Nicolas Dupont-Aignan (derecha nacionalista, 4,5%), Nathalie Arthaud (extrema izquierda, 0,5%), Philippe Poutou (extrema izquierda, 0,5%), François Asselineau (ultranacionalista anti europeo, 0,5%) Jacques Cheminade (anti sistema ultra conservador 0,0%) son hostiles a Europa y la zona euro . Le Pen y Asselineau son partidarios del «Frexit», la salida de Francia de la UE. Entre esos dos «frentes», el candidato socialista, Benoît Hamon (10% intenciones voto primera vuelta) defendió una Europa «auténticamente de izquierdas».

Ante el segundo debate «¿Cómo proteger a los franceses?», Macron comenzó diciendo que la lucha contra el terrorismo debe ser la gran prioridad nacional, en estrecha cooperación con Europa y la OTAN. «El nacionalismo es la guerra» subrayó el candidato social reformista. François Fillon, por su parte, estima que las sociedades occidentales deben afrontar una guerra de nuevo cuño «contra el totalitarismo islámico ».

Ante la amenaza terrorista, el «búnker» extremista, de izquierda y derecha, osciló entre el apocalipsis y el «diálogo» con Putin y Trump . A juicio de Le Pen, Francia se ha convertido en el primer vivero de terrorista de Europa . Cheminade propuso una «gran alianza» con Putin y Trump. Mélenchon hizo guiños a Putin, defendiendo las resoluciones de la ONU apoyadas por Moscú.

Ante la pregunta, «¿cómo moralizar y hacer realidad el modelo social que usted propone?» la pareja Macron/Fillon sufrió el tiro cruzado del «búnker» extremista y minoritario.

Macron tuvo que «justificar» haber trabajado en la Banca Rothschild . Fillon tuvo que justificar los empleos ficticios de los que se pudo beneficiar su esposa Penelope. Le Pen se vio forzada a meter la cabeza en el cubo de su propia basura , cuando Poutou denunció sus escándalos. Hamon, socialista, defendió una nueva legislación moralizadora. Mélenchon propuso un programa apocalíptico: «Abolir la actual monarquía presidencial, lanzando un nuevo programa constituyente».

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