Los talibanes avanzan hacia Kabul e Islamabad

Los talibanes avanzan hacia Kabul e Islamabad

«Asesinan a un hombre por espiar para los americanos en Khost», «narcotraficante abatido en Herat», «cuatro policías heridos en un ataque talibán en Qalat», «descubierta una mina en la carretera principal de Puli Alam», «siete insurgentes muertos en Uruzgan», «los talibanes secuestran a cinco ... miembros del Programa de Solidaridad Nacional en Ghazni». Mientras la atención internacional mira con pavor el avance talibán hacia la vecina Islamabad, la guerra en Afganistán continua con su goteo diario de víctimas a lo largo de todo el país. No hay más que encender la radio cada mañana para despertarse con un rosario de incidentes al que los afganos, resignados, parecen haberse acostumbrado. La presencia de 56.000 soldados internacionales y la promesa de un refuerzo inmediato de 21.000 americanos -de ellos 17.000 como fuerzas de combate y otros 4.000 como mentores para el Ejército afgano-, y otros 5.000 europeos –la mayor parte enviados de forma exclusiva para las elecciones del 20 de agosto- no logra detener una actividad insurgente cada vez más diversificada y difícil de controlar. Mientras occidente ajusta su maquinaria a las nuevas medidas que Washington pretende implantar, los talibanes no ceden un milímetro y siguen adelante con su asimétrica ofensiva en todo el «Af-Pak». A diferencia del caso paquistaní, donde más allá del cinturón tribal en la frontera con Afganistán los fundamentalistas están creando un verdadero frente en los valles de Swat y Buner, a escasos cien kilómetros de la capital, en suelo afgano los frentes son esporádicos y la insurgencia juega a una guerra de desgaste en la que su objetivo número uno es resistir y alargar la lucha hasta que las fuerzas de la coalición se den por vencidas. «Ellos y nosotros sabemos que la victoria militar es imposible», confiesa un alto mando de la OTAN en Kabul, «pero ellos tienen el factor tiempo a su favor y nuestros gobiernos, sin embargo, están ansiosos por ver resultados». El sur y el este, especialmente los accesos a la capital, son los puntos más calientes de una ofensiva talibán que también ha logrado asentarse en el oeste, en la provincia «española», debido a la nula presencia militar internacional en distritos como Bala Murghab que, según la inteligencia afgana, es hoy un auténtico santuario para los fundamentalistas . El setenta por ciento de los incidentes registrados por ISAF se producen en un diez por ciento del territorio, pero la sensación de inseguridad se extiende a todas las provincias y cualquier militar occidental sale de su base "preparado para el peor escenario posible", comenta un mando europeo.

pero con los recursos que tenemos esto es todo lo que se puede hacer

El mito del talibán moderado

La misión internacional pasa por momentos de incertidumbre. Los 42 países miran al gigante americano y esperan ver el efecto sobre el terreno de una nueva estrategia basada en más tropas, más ayuda económica, la consulta a los países vecinos y el diálogo con los talibanes moderados. «No existe un talibán moderado, el que es talibán es talibán y el que los americanos llaman moderado sólo lo es a tiempo parcial o por razones económicas», asegura el analista Waheed Mujhda, que considera que tras ocho años de presencia internacional «

esto se ha convertido en un callejón sin salida mucho peor que el de los rusos

El soldado extranjero o afgano lucha hoy por dinero

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