Los talibanes dan un ultimátum a EE.UU.: o se van el 31 de agosto o «habrá consecuencias»

El problema de la evacuación de los oocidentales de Afganistán es el asunto más espinoso que tiene Joe Biden en estos momentos sobre la mesa: cumplir o no el plazo establecido del 31 de agosto para la retirada completa de las tropas. La Casa Blanca está recibiendo crecientes presiones de sus socios europeos para que amplíe el plazo, lo que consideran necesario para completar la evacuación. «Si es necesaria una discusión sobre extender el plazo, sin duda la tendremos en el momento apropiado con el comandante en jefe», dijo John Kirby, portavoz del Pentágono en referencia a Biden. El portavoz insistió en que, de momento, el objetivo del Ejército de EE.UU. es cumplir con el plazo marcado, informa desde Nueva York Javier Ansorena .

El portavoz islamista Shahin también habló para la cadena BBC y adelantó que pasado el día 31 «no obstaculizaremos las salidas de aquellos que tengan un pasaporte en regla, podrán viajar en vuelos comerciales en cualquier momento. Queremos que se queden en el país, pero si tienen la intención de irse, podrán hacerlo». El problema es que la gente que quiere escapar del emirato no confía en las promesas de los nuevos dirigentes, sobre todo tras publicarse un informe de Naciones Unidas que asegura que persiguen a los excolaboradores puerta a puerta.

Desde la conquista del país por los islamistas ya han sido evacuadas 37.000 personas , según los datos ofrecidos por el Pentágono, 16.000 de ellas en las últimas 24 horas. El tráfico aéreo es constante en una ciudad que controlan unos talibanes que han desplegado en el exterior del aeródromo a sus fuerzas especiales, incluidos francotiradores. Al caos habitual para gestionar la entrada de los civiles se le sumó el nerviosismo generado por el tiroteo que dejó un guarda afgano muerto y varios heridos. «Ninguno de los soldados de la coalición resultó herido durante el breve intercambio de fuego», explicó el capitán estadounidense William Urban, quien explicó que «tanto las fuerzas afganas como nosotros devolvimos los disparos en defensa propia». Ya son 21 los muertos en el aeropuerto en la última semana, entre disparos y aplastamientos en avalanchas humanas, pero este fue el primer ataque directo contra las fuerzas que custodian el interior del recinto.

Entre los países que solicitaron más tiempo para evacuar a los suyos está Francia, cuyo ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, se mostró «preocupado por la fecha límite fijada por Estados Unidos» y vio «necesario» contar con más días. París ha desplegado a sus fuerzas especiales y colaboraron con las de Estados Unidos en una operación para escoltar hasta el aeropuerto a 260 «colaboradores» de la delegación de la Unión Europea en Kabul. Lo complicado que resulta acceder al aeropuerto ha hecho que los países opten por este tipo de operaciones de escolta o incluso por el envío de helicópteros a puntos de recogida para luego llegar por aire hasta la misma pista.

«Aunque no lo parezca, estamos ante un ejercicio de coordinación importante entre Estados Unidos y los talibanes. Los aviones aterrizando y despegando en un aeropuerto urbano como este son vulnerables y sería muy fácil un ataque que paralizara la misión, pero no ha ocurrido. Los miles de personas que se apelotonan cada día allí son en su mayoría colaboradores de la OTAN, pero los islamistas no los detienen. Estos factores podrían cambiar a partir del 31», explican fuentes diplomáticas europeas con experiencia en el conflicto afgano. Otra de las grandes amenazas sobre la mesa es la entrada en escena del grupo yihadista Estado Islámico (Daesh), que podría intentar golpear en Kabul para debilitar la imagen de seguridad y fortaleza que transmiten los talibanes desde su llegada.

Uno de los primeros nombramientos realizados por los talibanes fue el del nuevo gobernador del banco central. Haji Mohammad Idris será el encargado de dirigir la institución en un momento clave ya que los bancos del país llevan cerrados una semana, no hay dinero en los cajeros y los funcionarios llevan dos meses sin cobrar.