Tajante rechazo de Marruecos a la división del Sáhara Occidental
El embajador de Marruecos ante la ONU, Mohamed Bennouna, rechazó ayer de plano la propuesta enviada por Kofi Annan al Consejo de Seguridad de dividir el territorio del Sáhara Occidental entre Rabat y el Frente Polisario. Para Bennouna, «la idea fue sugerida a James Baker por Argelia, que pretende hacerse con un protectorado y tener acceso al océano Atlántico».
«No. Ni hoy, ni mañana ni en cien años aceptaremos esa opción», afirmó tajante Bennouna, quien agregó que la división supondría «crear un microestado para proteger Argelia, lo que sería una fuente constante de inestabilidad para todo el Magreb».
Aunque la idea de la ... división del Sáhara ya circuló en los años setenta, y de hecho Marruecos y Mauritania llegaron a ocupar y repartirse nominalmente el territorio hasta 1979, la propuesta lanzada el martes por el secretario general de las Naciones Unidas hizo que la cuestión de la antigua colonia española volviera a despertar de su letargo a funcionarios, diplomáticos y periodistas. Desde que en 1988 la ONU propusiera a las partes un referéndum sobre el futuro del territorio su celebración se había convertido en un constante espejismo.
CUATRO OPCIONES
En su informe al Consejo de Seguridad, Annan esboza las cuatro opciones que en su juicio caben ante la último gran proceso descolonizador pendiente en África: celebrar el referéndum (aunque el secretario general no deja de hacer notar su agudo pesimismo ante esta solución), que se otorgue una autonomía bajo soberanía de Rabat (propuesta de «acuerdo marco» que entusiasma a Marruecos, pero el Polisario rechaza sin ambages), que las partes negocien una partición del Sáhara, propuesta que supone toda una novedad, o la retirada vergonzosa de la misión de la ONU tras once años y más de medio millón de dólares tirados al desierto.
El embajador de España ante la ONU, Inocencio Arias, celebró ayer que con su gesto el secretario general hubiera abierto «el abanico de posibilidades. Se nota, en el tono y enfoque del informe, que pide al Consejo de Seguridad que asuma sus responsabilidades. Se abre un periodo de reflexión de dos meses para que el Consejo examine y decida sobre estas opciones. España no ha cambiado, continuamos apoyando las resoluciones de Naciones Unidas y deseamos que se llegue a una solución que cuente con el acuerdo de las partes».
Sin embargo, el embajador marroquí no ha dejado de subrayar lo que entiende como «una mala lectura» por parte del secretario general de la Carta de la ONU, ya que en la novedosa «tercera opción» sugiere que si Rabat y el Polisario no se pusieran de acuerdo sobre la partición del territorio, el Consejo podría imponerla. Según Bennouna, «el Consejo de Seguridad no puede imponer soluciones políticas a las partes, únicamente hacer recomendaciones». Según ese análisis, nuevo motivo de debate, las recomendaciones deben ampararse en el capítulo VI de la Carta de la ONU, y no en el VII, que sería el que habría que esgrimir en el caso de hacer que se cumpla una resolución, dictar sanciones o recurrir a la fuerza. Lo que en cualquier caso nunca se ha enarbolado para celebrar y hacer cumplir el referéndum.
EL POLISARIO, NEGOCIADOR
Mientras el Frente Polisario manifestó su disposición «a negociar una posible división del territorio», aunque sigue prefiriendo el plan de arreglo y el referéndum como la mejor manera de solucionar el conflicto, fuentes de Naciones Unidas mostraron ayer sus dudas de que un Consejo de Seguridad dividido pueda optar por la partición.
Determinante será la posición de Francia, que si en el pasado mostró su favor ante una posible división del Sáhara Occidental, desde entonces ha mostrado un cerrado respaldo a los puntos de vista de Marruecos. Otra incógnita será la actitud de Estados Unidos, aunque el hecho de que Baker sea estadounidense y haya aceptado poner sobre la mesa la idea de la división para salir del actual marasmo puede servir de guía a la Casa Blanca.
Es pronto para empezar a trazar fronteras de política ficción, pero algunos geógrafos ya han empezado a dibujar un mapa que dejaría en manos de Marruecos el norte del Sáhara, mientras que el sur quedaría bajo control del Polisario. Fuentes de la ONU admiten de forma reservada que «si ha sido complicado preparar el censo de votantes, más lo será trazar una frontera aceptable por ambas partes».
Aunque al Polisario le correspondiera la mitad del actual Sáhara Occidental, la hipotética República Arabe Saharaui Democrática sería más grande que otros miembros de la Organización para la Unidad Africana, como Gambia, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Ruanda, Burundi, Lesotho o Suazilandia.
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