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El supuesto presidente títere que Putin quería imponer en Ucrania niega el complot

Yevhen Murayev asegura que las acusaciones son «estúpidas y absurdas» y que él mismo es objeto de sanciones de Rusia

Yevhen Murayev, en una sesión del Parlamento ucraniano en 2018, cuando era diputado Reuters / Vídeo: ATLAS
Ivannia Salazar

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«Tenemos información que indica que el Gobierno ruso está buscando instalar un líder prorruso en Kiev mientras considera si invadir y ocupar Ucrania. El exdiputado ucraniano Yevhen Murayev está siendo considerado como posible candidato». Con estas palabras comienza el comunicado oficial hecho público por el Ministerio de Exteriores británico en el que acusa a Rusia de intentar instaurar un gobierno títere en Ucrania y cuya cabeza ya tendría nombre, la de este exparlamentario que es además dueño de un canal de televisión y que se postuló para presidente de Ucrania en 2019, aunque después se retiró.

Murayev , de 45 años, desmintió las acusaciones calificándolas como «estúpidas y absurdas», e incluso explicó que él mismo es objeto de sanciones por parte de los rusos: «Desde hace cuatro años me han prohibido siquiera entrar en Rusia », explicó en una entrevista con el periódico ‘Ukrainskaya Pravda’, en la que aprovechó para puntualizar que espera una disculpa por parte de Londres. También habló con ‘The Observer’, al que dijo entre risas que «el Ministerio de Asuntos Exteriores británico parece confundido».

El inusual comunicado de Exteriores del Reino Unido continúa diciendo que tiene «información de que los servicios de inteligencia rusos mantienen vínculos con numerosos expolíticos ucranianos», entre ellos «Serhiy Arbuzov, vice primer ministro de Ucrania entre 2012 y 2014, y primer ministro interino en 2014; Andriy Kluyev, vice primer ministro de 2010 a 2012 y jefe de gabinete del expresidente ucraniano Yanukóvich; Vladimir Sivkovich, exjefe adjunto del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, y Mykola Azarov, primer ministro de Ucrania entre 2010 y 2014».

Según el Gobierno de Boris Johnson , «algunos de ellos tienen contacto con oficiales de inteligencia rusos que actualmente están involucrados en la planificación de un ataque contra Ucrania». Desde aquel país, Vasyl Filipchuk, exportavoz de Exteriores describió las acusaciones sobre un posible complot como «ridículas».

La ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss , declaró que «la información publicada hoy (por el sábado) arroja luz sobre el alcance de la actividad rusa diseñada para subvertir a Ucrania, y es una idea del pensamiento del Kremlin» por lo que exigió al Gobierno de Vladimir Putin «reducir la tensión, poner fin a sus campañas de agresión y desinformación, y asumir la vía de la diplomacia».

El Gobierno tacha la información de «disparate»

La ministra también afirmó que «la incursión militar rusa en Ucrania sería un error estratégico masivo con costos severos», unas palabras que el Gobierno de Putin contrarrestó con una declaración negando la mayor y en la que instó al Reino Unido a «cesar las provocaciones» y dejar de difundir «disparates». «La desinformación difundida por el Ministerio de Exteriores del Reino Unido es una prueba más de que son precisamente los países de la OTAN, con los anglosajones al frente, los que se dedican a escalar las tensiones en torno a Ucrania», señalaron.

Boris Johnson calificó la escalada como «tremendamente peligrosa» y pidió a los líderes europeos que se unan a Estados Unidos para hacer frente a la amenaza rusa. «La opinión del primer ministro es que la situación en Ucrania es la mayor prueba para la unidad y determinación de Occidente y la alianza de la OTAN en décadas», aseguró una fuente de Downing Street, que añadió que «el Reino Unido está trabajando» con la OTAN y con EE.UU. «para promover una política de diálogo y disuasión, siguiendo la vía diplomática, pero preparando un paquete de sanciones que perforarán el corazón de la economía rusa si eso falla».

Asimismo, Londres «tiene muy claro que los países deben ser libres de elegir su propio futuro y la voz de los de Europa del Este debe escucharse en las negociaciones». Su posición con respecto a Ucrania es clara: «Apoyamos inequívocamente su soberanía e integridad territorial dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente, incluida Crimea. Ucrania es un país independiente y soberano».

Con respecto a las sanciones, fuentes de Whitehall aseguran que «se están intensificando los preparativos» a través de «múltiples reuniones de coordinación diarias para tratar de abordar la amenaza actual y prepararse para cualquier escalada».

Asimismo, en un artículo publicado en el diario ‘The Telegraph’, Tom Tugendhat, presidente del comité de asuntos exteriores de la Cámara de los Comunes, declaró que «por primera vez en una generación, estamos al borde de la guerra en Europa. Necesitamos ser fuertes, no para amenazar a Moscú, sino porque solo la fuerza puede detenerlos».

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