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El suministro de gas a Europa, otra vez en peligro

Agentes de seguridad ucranianos irrumpen en la sede de la compañía Naftogaz

En un nuevo episodio del enfrentamiento que mantienen el presidente ucraniano, Víctor Yúshenko, y su primera ministra, Julia Timoshenko, agentes de la unidad de fuerzas especiales “Alfa” de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU), fuertemente armados y con el rostro cubierto, irrumpieron ayer en la sede de la compañía energética Naftogaz con la intención de incautar el original del contrato de suministro de gas firmado en enero con Rusia.

El portavoz de Naftogaz, Valentín Zemlianski, explicó que “los originales del documento son necesarios para efectuar los trámites aduaneros necesarios a fin de garantizar el flujo de gas” a Europa”. Según Zemlianski “lo terrible es que estas acciones pueden perjudicar el proceso de suministro y tránsito de gas y obstaculizar los pagos a Gazprom”. Naftogaz tiene pendiente el abono de 400 millones de dólares al monopolio energético ruso y la fecha límite para hacerlo expira este sábado. El fantasma de los cortes se cierne otra vez sobre el horizonte, ya que por Ucrania pasa el 80% del gas que Rusia exporta a la Unión Europea.

Timoshenko, que se encuentra actualmente de visita en Francia, manifestó que detrás de lo sucedido está Yúshenko y que su objetivo es “impedir que se efectúen a tiempo los pagos por el gas ruso”. La jefa del departamento de prensa de la Presidencia ucraniana, Irina Vánnikova, confirmó que el jefe del Estado “está controlando personalmente la investigación y apoya las medidas llevadas a cabo por el SBU”. Efectivamente, los servicios secretos en Ucrania están supeditados directamente al presidente.

El SBU ha iniciado diligencias contra la cúpula de Naftogaz y del Comité de Aduanas. Se les acusa de haber sustraído 6.300 millones de metros cúbicos de gas. Ha sido detenido Tarás Shepitkó, uno de los responsables que tramita la importación y exportación de hidrocarburos. El registro llevado a cabo ayer en las oficinas de Naftogaz, según Vánnikova, se enmarca dentro de la investigación.

Sin embargo, el Tribunal Shevchénkovski de Kiev, bajo cuya jurisdicción territorial se encuentra Naftogaz, ordenó ayer el cese de las diligencias contra la dirección de la compañía y tachó de “ilegal” la actuación del comando “Alfa”. Los miembros de la unidad del SBU abandonaron por la tarde el edificio de Naftogaz, tan pronto recibieron la orden del juez, y, según Zemlianski, “no se llevaron el contrato que buscaban”. El viceprimer ministro, Alexánder Turchínov, antiguo director del SBU, aseguró ayer sorprendido que el destacamento “Alfa” “sólo se emplea en la lucha antiterrorista”.

Después de 13 días con el suministro de gas a los países de la UE completamente interrumpido, el 19 de enero, Timoshenko y su homólogo ruso, Vladímir Putin, alcanzaron en Moscú un acuerdo que ponía fin a la disputa. El abastecimiento de carburante se reanudó el día 20. Yúshenko afirmó entonces que “Ucrania ha perdido la guerra del gas” y, desde entonces, no ha dejado de criticar el contenido de aquel contrato y la “mala negociación” de la primera ministra. La Rada, el Parlamento ucraniano, con el apoyo del Gobierno, intenta también lograr la destitución del ministro de Exteriores, Vladímir Ogrizko, cuya designación también depende directamente del presidente. Se da la circunstancia de que Yúshenko y Timoshenko encabezaron juntos la Revolución Naranja que estalló en Kiev en el otoño de 2004.

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