La UE sienta a los gitanos a su mesa
La II Cumbre Europea sobre la Población Gitana analizará la falta de contactos e integración
El pueblo gitano constituye una de las naciones medias –unos 12 millones de personas- de la UE, pero de la que -música aparte- apenas nadie ha oído más. Ni quiere saber, según se desprende de varios informes de ONGs e instituciones que analizarán el jueves ... y el viernes, en la II Cumbre Europea sobre la Población Gitana en Córdoba, coincidiendo con «Bahtalo!» el Día Internacional Romaní.
«Gitanos e integración ¿una misión imposible?» se pregunta Hermina Emiryan, que ha preparado para la fundación Bertelsmann un revelador trabajo sobre las sombras, más que luces, del programa que abrió la década de inclusión romaní. Un informe difundido por la Comisión Europea urge a sus miembros a utilizar fondos de la UE para la integración social y económica de los gitanos. «Asegurar el acceso de estos al trabajo y a la educación no segregada, a la vivienda y a los servicios sanitarios» sería vital para «su inclusión social» y «una responsabilidad conjunta» de miembros e instituciones.
«Abordar sus problemas es beneficioso para nuestras sociedades y nuestras economías», ha dicho Viviane Reding, vicepresidenta y Comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía: «Sólo a través de la acción permanente y coordinada podemos marcar realmente la diferencia para los gitanos europeos».
ETNIA EN CONTINUA EXCLUSIÓN
Pero este fin de semana dos cócteles incendiarios eran lanzados contra una vivienda con familias gitanas en Opava, República Checa; a mediados de marzo era incendiada otra vivienda en Ostrava. El activista Kumar Vishwanathan llama a que «ningún crimen quede sin denunciar e investigar» y espera que los jueces den «una clara señala en el juicio» que abre en mayo por otro ataque en Vítkov. Otra puede ser que el propio primer ministro checo Jan Fischer se haya hecho cargo del ministerio para minorías.
Pero en el continente que se tiene por más maduro y democrático, el racismo y la xenofobia están más extendidos de lo que pensaban los expertos. Un sondeo del pasado año sobre la UE arroja inquietantes datos sobre la discriminación y «adónde llega la cifra oculta de los delitos de motivación racista», según el director de la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA): “sólo 1 de cada 10 delitos se denuncian”.
Italia y Grecia aparecen como los más discriminantes y la peor exclusión la sufre la etnia romaní, pero entre los gitanos de los nuevos miembros centroeuropeos de la UE, uno de cada dos sufría discriminación el pasado año; Durmish Aslano recuerda que mientras el gobierno eslovaco ha sido reprendido internacionalmente, en Hungría crecen las milicias anti-gitanas.
Amnistía Internacional ha denunciado la continua repatriación forzada de gitanos desplazados de las guerras de los Balcanes y condenados de nuevo a la persecución o a campos de refugiados en Kosovo, Serbia o Macedonia, como denuncia la escritora romaní Hedina Tahirović Sijerčić. El gobierno alemán alberga planes para deportar próximamente a 10.000 gitanos del sureste europeo, como advierte Rromani Baxt.
Incluso en los países occidentales, la mayoría de los gitanos dice que desconoce que hay organizaciones y mecanismos legales para defenderse y según conclusiones de una encuesta de Gallup, es especialmente importante fortalecer «la conciencia de los derechos propios» y «la confianza en los mecanismos de protección existentes», pero aún más «que se tomen en serio sus denuncias».
Sólo en diciembre de 2004 los romaníes han sido reconocidos oficialmente como entidad por la UE y, sólo hace un año, España, uno de los países con más gitanos de Europa, ha firmado la declaración sobre el "Decenio para la integración de los romaníes".
MEDIDAS PARA LA INTEGRACIÓN
Por primera vez, en la UE se han producido enfrentamientos entre miembros por causa de la población romaní. En ese contexto, en 2008 tuvo lugar la primera Cumbre Gitana organizada por la Comisión Europea y la Fundación Soros y la primera llamada a un compromiso conjunto para desarrollar una estrategia de inclusión.
Italia ha visto condenadas sus iniciativas de presión, control y expulsión de gitanos pero los expertos no tardan en extender la crítica a los discontinuos esfuerzos de los gobiernos y la Comisión para abordar la problemática gitana de hoy.
De aquella cumbre salió la apuesta por crear una política común europea de relación e inclusión de los gitanos. «Pese a los numerosos programas en marcha, los gitanos siguen topándose con los mismos problemas que hace una década», dice la portavoz de Decade Watch, un observatorio social creado por activistas romaníes.
Pero la fundación romaní PAKIV insiste en que el desempleo es el primer problema y mecanismo de exclusión: entre la población va de un mínimo de un 44% en Rumanía a un máximo de un 71% en Macedonia. La CE señala que las comunidades a menudo sufren la discriminación económica, social y política, de modo que «la riqueza que éstas podrían aportar a la sociedad europea a menudo se omite y se ve afectada por estereotipos y prejuicios».
László Andor, Comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, subraya que «los esfuerzos por integrar a los gitanos tienen que abarcar un ciclo de vida completo , desde las primeras fases del jardín de infancia hasta la educación para los niños, los empleos para los adultos y la asistencia para los mayores de carácter no segregado. Las comunidades de gitanos forman parte integrante de nuestra lucha contra la pobreza y el desempleo».
ROMPIENDO PREJUICIOS
El experto Martin Kovats, húngaro y doctorado en estudios gitanos aduce dos ejemplos: Hungría y Bulgaria han desarrollado estudios sobre gastos y beneficios de la educación de los gitanos y saldaba un positivo de 70.000 euros, en la primera, y 82.000 en la segunda «por cada niño que continuara su educación más allá de la primaria». 30.000 gitanos búlgaros educados supondrían un beneficio presupuestario de 2.463 millones según el Institute for Market Economics, concluye Hermina Emiryan que ha trabajado en Sofia en la Fundación para una Sociedad Cívica en Europa Central y del Este
El artista danés Joakim Eskildsen, que empezó a fotografiar gitanos hace siete años y expone ahora su obra, espera romper prejuicios y cuenta del «orgullo» de esta comunidad de «no ser fotografiados como víctimas, sino como una gente que pese a todo el racismo y sus problemas está lleno de vida y alegría ».
La importancia de la formación para la identidad la subraya la coleccionista de arte gitana Timea Junghaus, afincada en Alemania y reciente ganadora del Premio cultural Cairo, de la fundación Alfred Töpfer. «Somos un pueblo sin museos. No tenemos formación ni infraestructuras. Tenemos mucho por hacer», dice Junghaus, que busca un museo para su obra «sobre la expresión cultural y artística de los gitanos en Europa».
Ante la gran desidia europea hacia los gitanos, en los últimos días algunos representantes están urgiendo a la actriz Angelina Jolie a tomar la bandera de la causa gitana en el mundo, después de que ésta y su marido visitasen comunidades romaníes en Rumanía. Rajan Zed, que preside la Universal Society of Hinduism, pidió a los actores un compromise como el adquirido en los años 80 contra el apartheid surafricano.
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