Secuestrados dos nuevos cooperantes en Somalia

«Tenemos informes de que dos trabajadores humanitarios pertenecientes a la organización Danish Demining Group (DDG) fueron secuestrados en las cercanías del aeropuerto de Galkayo por hombres fuertemente armados», aseguró a los medios locales Abdullahi Salad, ministro de Transporte de la región de Galmudug.

De momento, se desconocen las identidades de los dos secuestrados, aunque fuentes de la propia organización aseguran que se trataría de un ciudadano danés y una estadounidense. La región de Puntland -junto a Galmudug, una de las dos administraciones que rigen la ciudad donde se produjo la captura- es un país «de facto» que funciona de forma independiente (aunque no se encuentre reconocido por la comunidad internacional) alejado de las miserias del sur de Somalia.

Las cifras hablan por sí mismas: piratería en descenso, economía en desarrollo y más importante aún, escasa violencia religiosa (pese al repunte de hace tres años). No en vano, el pasado año, el Gobierno estadounidense ya anunció su interés en «estrechar» lazos con la región, sobre todo, para debilitar a las milicias de Al Shabab.

Sin embargo, en estos días, nadie parece estar a salvo de la furia de los secuestros. La pasada semana, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia confirmó la muerte de Marie Dedieu, quien se encontraba retenida en Somalia desde el pasado 1 de octubre.El anuncio de la muerte de Dedieu, de 66 años y enferma de cáncer , supuso un serio varapalo a la pronta liberación de las dos cooperantes españolas -Montserrat Serra Ridao y Blanca Thiebaut -secuestradas en el campo de refugiados de Dadaab. Sobre todo, ante las ligaciones existentes entre ambos casos.

A comienzos de agosto, solo unos días después de la declaración de la hambruna en la región, el grupo rebelde Al Shabab anunciaba una campaña de secuestros internacionales para paliar su dañada economía. El primero de ellos no tardaría en llegar. El 11 de septiembre, hombres fuertemente armados allanaban un complejo de lujo situado también en la frontera entre Kenia y Somalia , matando a tiros al editor David Tebbutt, de 58 años, y tomando como rehén a su esposa, Judith, de 56 años.

Pese a que la milicia islamista de Al Shabab ha negado su implicación en el asalto, como aseguraba recientemente a ABC el mayor Emmanuel Chirchir -portavoz de la actual ofensiva militar del Ejército keniano en suelo somalí- todas las secuestradas (inclusive la fallecida francesa) fueron conducidas a la ciudad de Kismayo, principal bastión de los rebeldes en el país.

¿El interés actual? Servirse de «escudos humanos» que eviten un posible bombardeo de la ciudad. De igual modo, el teniente coronel Paddy Ankunda, de la misión de la Unión Africana en Somalia, reconocía que Al Shabab se habría servido de milicias independientes para llevar a cabo los secuestros. «Posteriormente, ya en suelo somalí, la gestión de su cautiverio, así como la negociación del rescate sí que correspondería, en exclusiva, a la propia milicia. Por ello, su implicación -directa o indirecta- siempre se produce en este tipo de ataques», reconocía el portavoz militar.

Sin embargo, en los últimos días, diversas fuentes locales aseguran que las dos españolas habrían sido conducidas a la ciudad de Elasha Biyaha, en la región de Lower Shabelle (sur de Somalia), según la prensa local .