Sebastián Piñera: «El golpe de Estado militar en Honduras supone una quiebra de la democracia»
Por primera vez desde el regreso de la democracia a Chile en 1990, la derecha tiene posibilidades reales de llegar al Palacio de la Moneda y el protagonista es Sebastián Piñera (Santiago, 1949). El ex senador considera «un activo» su éxito como empresario que «partió ... con cero pesos en el bolsillo». Candidato por una alianza que integran Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI), ayer intervino en el campus FAES.
-¿Para usted tiene alguna justificación el golpe de Honduras?¿Considera que Manuel Zelaya es el legítimo presidente?
-Yo condeno enérgicamente el golpe de Estado en Honduras porque significó una quiebra de la democracia al margen de la Constitución y el Estado de Derecho. Espero que el país pueda reencontrarse con su democracia lo antes posible. Entiendo que el presidente Zelaya quiso llamar a una consulta que no estaba dentro del Estado de Derecho. Pero la forma de afrontar esos problemas debe ser siempre dentro de la Constitución y del Estado de Derecho, y nunca quebrando la democracia y aplicando la fuerza.
-En las últimas encuestas aparece en empate técnico en segunda vuelta con Eduardo Frei. ¿No teme que la izquierda acabe apoyando al ex presidente?
-No, la Concertación (coalición integrada sobre todo por demócratacristianos y socialistas)lleva ya veinte años en el poder y es demasiado tiempo. Ya hizo lo que tenía que hacer. Lo mejor de la Concertación está en el pasado, no representa un buen proyecto de futuro. Y eso se refleja en un gobierno que ha perdido fuerza, iniciativa y voluntad. Nosotros estamos proponiendo un cambio muy profundo.
- ¿Es partidario, como su principal adversario, de derogar la actual Constitución surgida de la dictadura de Augusto Pinochet?
-La Constitución de Pinochet, aprobada en 1980, fue profunda y democráticamente modificada en 1989 por un acuerdo con la propia Concertación, y de nuevo en 2005 bajo el gobierno del presidente Lagos; no lleva la firma de Pinochet sino la de Lagos. Esa idea de que tienen que reformarse permanentemente no es buena. Sí soy partidario de seguir perfeccionándola. Pero ésta no es la Constitución de Pinochet, como pretende hacernos ver el ex presidente.
- ¿Su alianza se ha desvinculado totalmente del pinochetismo?
-El gobierno de Pinochet terminó en 1989, hace más de 20 años y, por tanto, es parte de nuestra historia. Yo fui un opositor a su gobierno. Desgraciadamente la Concertación no puede olvidarse de él porque es lo único que nos une. Para mí es parte de la historia.
-¿Considera que la presidenta Bachelet ha decepcionado?
-No, ha sido una presidenta que ha dejado huella, especialmente fortaleciendo la red de protección social. Pero no es suficiente.
- Frei también le critica que no haya separado sus negocios de sus aspiraciones políticas.
-Es una majadería de mi adversario porque no existe una ley que establezca reglas claras y parejas de administración de patrimonio cuando una persona que tiene una legítima vocación emprendedora asume también una legítima vocación de servicio público.
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