Schulz intenta salvar a la UE del ridículo en el tratado con Canadá

Schulz, socialista alemán y europeísta a carta cabal, decidió este sábado mismo tratar de salvar los muebles por su cuenta en una reunión de emergencia con la ministra de comercio canadiense Christya Freeland y otra con el ministro presidente de la región valona, Paul Magnette . Según su versión de los hechos, el acuerdo con Canadá negociado durante años y cerrado desde hace 24 meses ya no se va a cambiar, pero todavía se puede avanzar en la «declaración interpretativa» que ha de convencer a los dirigentes valones de que la economía canadiense no es una amenaza para las reglas y usos sociales europeos, sino todo lo contrario.

«Estos encuentros -dijo Schulz en un comunicado- me han dado muchas razones para el optimismo acerca de la conclusión positiva del CETA tan pronto como sea posible. Durante mi reunión con la ministra Freeland quedó claro que las negociaciones entre Canadá y la UE están cerradas y que Canadá sigue estando dispuesto a firmar el CETA cuanto antes», lo que quiere decir que aún considera que puede producirse el viaje a Bruselas del primer ministro, Justin Trudeau, el jueves , para la ceremonia oficial.

«Los flecos que se interponen para la adopción de CETA los debemos resolver los europeos», asegura Schulz, lo que quiere decir que en estos momentos se asume que el texto pactado con Canadá ya no se puede reabrir y que solo es posible una solución que pase por que las instituciones de la minúscula región belga acepten su contenido por las buenas y dejen de lado la mezquindad de las luchas políticas locales. «Mi encuentro con el ministro-presidente Magnette, en el que también participaron los servicios de la Comisión, confirmó que ninguno de los obstáculos son insuperables».

En otros países han empezado a convocarse manifestaciones de apoyo a la región valona por parte de partidos políticos y entidades contrarios a la apertura comercial entre Europa y Canadá, pero en general el apoyo al CETA es mayoritario en países miembros. Incluso estados como Bulgaria y Rumanía , que querían usar la ocasión para reclamar que sus ciudadanos puedan viajar a Canadá sin visado como el resto de los europeos, han levantado todas sus objeciones.

Por su parte, Paul Magnette reconoció tras reunirse con Schulz que aún quedan «pequeñas dificultades» para que el parlamento regional pueda respaldar el acuerdo «y será necesario trabajar y discutirlo próximamente», gracias a la «paciencia» demostrada por el Gobierno canadiense .

Magnette también reconoció que «la negociación con Canadá ha concluido» y que ahora será necesario hablar «no para crear problemas», sino para tener tratados con un nivel de protección en materia social, servicios públicos, medioambiente y garantías jurisdiccionales que sea de lo «más elevado en el mundo» y que mañana sea el e stándar que la UE «defenderá en todas sus negociaciones bilaterales». Pero si no permiten que el acuerdo se firme este jueves, el daño que habrán hecho a la causa europea será de dimensiones colosales, mucho mayores que cualquier beneficio con el que haya soñado.