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Sánchez y Merkel, dos maneras antagónicas de hablar a sus países: épica sentimental frente a efectividad

En el discurso de Merkel no se inmiscuye la épica. Sus palabras, siempre serenas y tranquilizadoras, van orientadas, más bien, a explicar las medidas que va tomando su gobierno, sin tecnicismos, picos, ni curvas

Sánchez se adueña de la frase más célebre de Kennedy sin citarle ABC
Rosalía Sánchez

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La percepción social de la crisis sanitaria y sus repercusiones en la economía dependen en gran medida de cómo la comunican los responsables políticos. Y en los dos extremos del abanico de posibilidades y estilos, se encuentran los ejemplos de Sánchez y Merkel. Si para ... escuchar un titular de boca del presidente español hay que armarse de paciencia, Merkel va al grano. En solo tres minutos ha informado esta tarde sobre la situación en Alemania y en Europa, además de notificar las nuevas medidas tomadas por el gobierno: cuarentenas obligatorias para quien entre en el territorio y garantía estatal al 100% del crédito que pidan las pymes. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Para después dejarse interrogar durante más de media hora por los periodistas. Por su parte Sánchez ofrece unas alocuciones televisivas irrumpiendo en los informativos, con aires de jefe de Estado y que suelen durar casi una hora. El presidente español adopta un tono de épica sentimental, pretendiendo imitar incluso a Churchill y Kennedy , pero no es concreto ante las preguntas, que hasta que los periodistas españoles se levantaron en una protesta iniciada en ABC eran filtradas por los equipos gubernamentales.

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