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Salah Abdeslam pudo escapar entre los clientes de un burdel o en un armario

Los coletazos de los atentados de París sumen a Bélgica en una profunda crisis política

ENRIQUE SERBETO

Los ecos de los atentados de París y la reacción belga decretando el estado de emergencia más elevado durante casi una semana están convirtiéndose en una profunda crisis política en Bélgica, donde el ministro de Justicia y la Fiscalía Federal se dedican a intercambiar acusaciones de las que lo único que se puede deducir es que Salah Abdeslam , el hombre más buscado de Europa por su papel clave en los ataques, se habría escapado en las narices de la Policía por la incompetencia de unos y otros.

La última teoría es que pudo huir del cerco policial gracias a extrañas particularidades de la legislación belga y a la circunstancia de que eligió esconderse en una casa de citas para salir de allí camuflado entre los clientes... o dentro de un armario en el trasiego de una mudanza.

En todo caso, el último episodio escandaloso lo ha generado el ministro de Justicia, que tenía previsto aparecer en una televisión flamenca en una entrevista de la que se adelantaron varios extractos en los que aquel señaló que, dos días después de los atentados, la policía pudo haber detenido a Abdeslam en el barrio de Molenbeek , pero no pudo intervenir debido a una ley que prohíbe los registros policiales durante la noche para no molestar al vecindario.

«Nuestros servicios nos han indicado que no se puede en absoluto excluir que Salah Abdeslam estuviera presente ahí y que el hecho de que haya unas horas (entre las 21:00 y las 05:00 de la mañana) en las que no se pueden hacer registros no nos ha ayudado precisamente a encontrarlo», afirmó el ministro de Justicia, Koen Geens . Las palabras de este último se han interpretado como una acusación a la Fiscalía que no habría acelerado las órdenes de registro en aquellos momentos.

Los límites legales «fueron un gran handicap» , según el ministro, que pertenece al partido democristiano flamenco. En el mismo programa, su colega de Interior, el independentista flamenco Jan Jambon atribuía a la «mala suerte» que Abdeslam no fuera detenido horas después de los atentados cuando fue identificado en un control fronterizo a su vuelta a Bélgica, y a que no se había trasmitido aún información determinante desde París a las bases de datos de la policía belga.

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