Rusia alecciona a los niños de Mariúpol: «Hemos venido a traeros la paz»
El Kremlin da por «liberada» la ciudad portuaria, pero no somete la resistencia de la acería de Azovstal. Las tropas rusas bloquean el complejo industrial y esperan rendirlo de hambre y ser para evitar bajas propias
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«Los niños de la guerra», por Inés Martín Rodrigo
Mónica G. Prieto
Antes de que callen las armas, se rindan sus defensores o dejen de caer las bombas, Rusia anunció ayer una pírrica victoria sobre Mariúpol, ciudad mártir del sur de Ucrania, al declararla «liberada». Vladímir Putin ha pasado por alto el hecho de que ... Azovstal, una de las principales plantas de producción de acero de Europa y fortaleza insurrecta, siga en manos ucranianas y ha dado órdenes de «no asaltar» la fortaleza pero sí bloquearla para impedir que la presencia de combatientes nuble la pretendida victoria . «No hay necesidad de bajar a las catacumbas y arrastrarse bajo tierra a través de estas instalaciones», dijo su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, en la comparecencia televisada ofrecida junto a Putin. « Bloqueen esta zona industrial para que no pueda salir ni una mosca» , respondió el presidente ruso.
Las prisas del Kremlin se vieron reflejadas en la visita del responsable de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, junto al diputado del Rusia Unida Andrei Turchak a la Escuela 53 de Mariúpol, la primera en ser reabierta bajo una administración prorrusa. Allí, delante de los estudiantes, Turchak aseguró que «la victoria será nuestra, y estoy seguro de que en esta clase, en general, nadie duda de ello. El enemigo será derrotado y finalmente llegará la paz a esta tierra». «Nadie debe albergar dudas. Rusia ha venido para quedarse para siempre» , añadió ante los escolares antes de anunciar acciones de futuro. «Ahora es importante garantizar la seguridad y restablecer el circuito de calefacción en las viviendas afectadas. Después del final de la operación especial, nuestros constructores vendrán a Mariúpol. Rehabilitaremos las casas, las empresas, el puerto y las escuelas».
La decisión de dar por finalizada la batalla de Mariúpol podría obedecer al alto número de bajas rusas -los cadáveres abandonados en territorio ucraniano se cuentan a miles, y el hundimiento del Moskvá con toda su tripulación ha sido un revulsivo para la opinión pública- y también a la proximidad de la simbólica fecha del 9 de mayo, cuando Rusia celebra su Desfile de la Victoria para conmemorar la derrota nazi a manos soviéticas, en la que Putin desea celebrar algún éxito militar. Ayer, la teniente de alcalde de Mariúpol designada por Rusia, Viktoria Kalacheva, anunció que el 9 de mayo tendrá lugar un desfile del «Regimiento Inmortal» en la ciudad, en lo que parece confirmar la necesidad por poner fin a una aventura bélica que ya ha cumplido el objetivo primario de asegurar una franja de terreno que conecte a Rusia con Crimea.
La decisión, sin embargo, parece un parche. Ayer mismo, los combatientes de Azov informaron de la destrucción de tres carros de combate y tres vehículos de infantería, y anunciaron que seguirán atacando a los rusos siempre que tengan oportunidad.
Rusia asume que la planta siderúrgica , por la que combate desde febrero, es imposible de conquistar pese a que los defensores ucranianos daban hace pocos días por perdida la posición. «Este podría ser nuestro último mensaje, puede que nos queden días o incluso horas. El enemigo nos sobrepasa 10 a 1», admitía el miércoles Serhii Volyna, al frente del Batallón 36 de la Armada y uno de los destacamentos que defienden Azovstal junto a los ultraderechistas de las brigadas Azov. « Tenemos 500 soldados heridos y cientos de civiles con nosotros», añadió. Días atrás el comandante del regimiento Azov, Sviatoslav Palamar, había denunciado el uso de bombas de hasta tres toneladas contra la planta siderúrgica, que habrían dejado muertos bajo los escombros. Ayer, en un encendido mensaje, solicitó armas pesadas para poner fin al cerco. «Mariúpol se puede salvar. Estamos listos para luchar hasta la última gota de sangre, pero sólo si el mundo nos ayuda con todos los medios. En ese caso, haremos lo imposible por nuestro país».
Fuentes militares ucranianas insinúan que sus efectivos están menos asediados de lo que parece
Marines y miembros del regimiento Azov habrían conseguido acudir a las instalaciones porturarias y evacuar a unos 500 combatientes de Azovstal
Fuentes militares ucranianas insinúan que sus efectivos están menos asediados de lo que parece. Tras recibir una petición de ayuda de miembros de la Policía y la Guardia Fronteriza que defiende el puerto de Mariúpol, marines y miembros del Regimiento Azov habrían logrado acudir a las instalaciones portuarias y evacuar unos 500 combatientes a Azovstal, lo que sugiere una capacidad de movimiento mayor de la esperada. Se estima que la ciudad portuaria, clave en la franja de territorio que Rusia quiere arrebatar a Ucrania para privarle de acceso al mar, es defendida por un máximo de 5.500 uniformados y atacada por entre 16.000 y 18.000 soldados rusos.
Sólo la caída de Azovstal impide hoy en día que Rusia apuntale la conquista de Mariúpol. El complejo es una ciudad debajo de otra ciudad. Construido en 1930 y operativo desde 1993, el complejo de 11 kilómetros cuadrados incluye almacenes hoy reducidos a puro esqueleto, plantas energéticas, vías de tren, edificios, chimeneas y hornos pero también una red de túneles diseñada el siglo pasado para acoger a los 40.000 trabajadores en caso de un ataque nuclear, siguiendo la tradición soviética de diseñar las ciudades en previsión de un conflicto atómico que preservara a la población y a las fuentes de energía convencional.
Laberinto subterráneo
El laberinto subterráneo tiene una profundidad de seis plantas, lo que facilita que los cientos de uniformados ucranianos puedan salir puntualmente para acometer acciones de guerra urbana antes de esconderse bajo tierra. Se estima que hay dos mil uniformados ucranianos en las entrañas del complejo que también protege a un millar de civiles, entre ellos mujeres y niños. Los túneles ya fueron claves en 2014 cuando los separatistas prorrusos atacaron Mariúpol. Tras aquella experiencia, sus responsables mantuvieron reservas de agua y alimentos en su interior ante la posibilidad de una nueva ofensiva.
Los planes de evacuación de civiles lanzados por las autoridades locales se topan, una y otra vez, con los ataques rusos. El miércoles, un ambicioso operativo de rescate organizado por las autoridades regionales de Zaporiya con la Cruz Roja Internacional quedó frustrado por los bombardeos, que imposibilitaron que los civiles pudieran acudir a los puntos habilitados: sólo 80 escaparon. Se estima que en la ciudad permanecen 100.000 civiles. La ofensiva de Mariúpol ya se ha cobrado 20.000 muertos.
La ineficacia demostrada del uso continuado de bombas pesadas por parte de Rusia permite que Azovstal ensombrezca la victoria de Putin sobre Mariúpol, pero hay que recordar precedentes similares de fortines inexpugnables en manos enemigas doblegados por Rusia como la toma de rehenes del Teatro Dubrovka de Moscú en 2002 a manos de un comando checheno. El asalto, que implicó 850 rehenes civiles y comenzó con liberaciones puntuales, terminó con el gaseamiento de todos los presentes mediante la introducción de un agente químico en el sistema de ventilación. Murieron los 40 asaltantes y 130 rehenes. De hecho, todas las víctimas civiles de aquel asalto -excepto dos personas ejecutadas por los chechenos- perdieron la vida a causa del gas ruso.
Ese podría ser el destino de Azovstal, lo cual explicaría la premura de los responsables ucranianos en solicitar una evacuación segura que minimice los riesgos, dad o que los precedentes rusos son inquietantes. El cerco de Grozni de 1999 que se cobró miles de vidas civiles y convirtió la capital chechena en la «ciudad más destruida del mundo», según la ONU, acabó a finales de enero del 2000 con una retirada insurgente envuelta en la polémica. El general ruso Vladimir Shamanov se jactó de haber atraído a los combatientes chechenos, que evacuaron la capital acompañados de miles de civiles, a una ‘trampa brillante’ ofreciéndoles un corredor seguro a cambio de un soborno. La salida pasaba por un campo minado cercado por la artillería rusa, que abrió fuego causando cientos de víctimas. Otra hipótesis que se baraja es la posibilidad de que Rusia mantenga la tenaza sobre la planta para matar de hambre a sus moradores.
[ Estas son las regiones que Rusia quiere arrebatar a Ucrania, según el general ruso Rustam Minnekáyev ]
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