Rosa María Payá: «El asesinato de Estado de mi padre solo pudo ser ordenado por Fidel y Raúl Castro»

¿Qué espera de este proceso?

La CIDH tiene en su poder toda la evidencia que prueba el atentado. Se han cumplido todos los plazos y el Estado cubano se niega a responder. Espero que después de casi 9 años procesando el caso, la CIDH finalmente condene el asesinato de Estado de mi padre y Harold, cuyas muertes solo pudieron ser ordenadas por Fidel y Raúl Castro.

¿Cuál es su versión de lo sucedido?

No presentamos una versión, solo los hechos comprobables, las declaraciones de víctimas y testigos y las pruebas de todas las faltas al debido proceso. Es ridículo tomar como referencia a los tribunales cubanos, los mismos que hoy día han levantado cargos con penas de hasta 28 años y mantienen en prisión a más de 800 personas por protestar pacíficamente en la calles. La Justicia en dictadura es la mera manifestación de la voluntad de los dictadores. La evidencia disponible demuestra que un auto de la Seguridad del Estado embistió el auto en que viajaba mi padre para sacarlo de la carretera; luego mi padre y Harold dan algunos de sus celulares a los extranjeros para protegerlos, pero los agentes sacan a la fuerza a los extranjeros del lugar, que son llevados por militares al hospital. A mi padre no lo llevaron al hospital, fue asesinado.

¿Qué busca demostrar en la CIDH?

Se presentarán testimonios, la evidencia disponible y los alegatos de los abogados del Centro Robert F. Kennedy sobre los méritos del caso.

¿Se ha aflojado la presión internacional sobre el régimen, sobre todo de EE.UU. y la UE? ¿Debe redoblarse

Borrell sigue resistiéndose a tener una política solidaria con el pueblo cubano pese a la resolución del Parlamento que le manda a activar el mecanismo global de sanciones contra los criminales en el poder en Cuba y aplicar la cláusula de derechos humanos por violacion del acuerdo entre la Unión y el régimen. Este comportamiento refuerza la tolerancia a la represión de la dictadura, lo hemos visto en los cientos de presos políticos, la militarización del país y los asesinatos de Estado que han vuelto a ocurrir; como el de Diubis Laurencio el pasado 11 de julio. La condena de la CIDH al atentado contra mi padre y Harold es fundamental para frenar la impunidad del terrorismo de Estado en Cuba.