Retorno a la Sharía, el imperio de la ley bajo el látigo

La Sharía establece el principio de modestia en la vestimenta, en particular de la mujer. Muchos países se limitan a estipular el pañuelo de cabeza, o hijab , pero los talibanes aplican una versión rígida y exigen el velo integral (burka) que cubre por completo el cuerpo de la mujer. A los hombres se les insta a dejarse la barba y a vestir con modestia.

Los talibanes han prometido esta semana respetar los derechos de las mujeres «dentro de la ley islámica». Su interpretación de esta ha sido en el pasado prohibir la presencia de la mujer en puestos de trabajo cara al público, y negarles el acceso a la educación a partir de los 10 años . Tampoco podían salir a la calle solas; debían hacerlo acompañadas siempre por su tutor masculino.

El código islámico fija dos tipos de delitos , los que exigen un castigo automático y los que se dejan a la interpretación de los jueces. La aplicación radical llevada a cabo por los talibanes estableció una policía religiosa que velaba por la Sharía en las calles y golpeaba a las mujeres que a su juicio quebraban el código de vestimenta. Amputaba las manos a los ladrones y llevaba a cabo ejecuciones públicas en delitos que en la Sharía comportan la pena de muerte como el adulterio.

El hombre puede ser polígamo (hasta cuatro esposas según el Corán, aunque Mahoma tuvo al parecer trece), siempre que trate a todas las mujeres «por igual». La mujer musulmana no puede casarse con un varón no musulmán; el mahometano en cambio sí, porque el marido es el garante de la educación religiosa de los hijos y no la esposa. El hombre puede repudiar a su mujer en presencia de dos testigos varones. El marido puede divorciarse de su esposa sin necesidad de pasar por un tribunal civil. La tutela de los hijos es siempre para el padre.

La práctica de cualquier religión distinta a la musulmana está estrictamente prohibida.

Según la Sharía , el testimonio de un hombre ante el juez equivale al de dos mujeres. En materia de herencia, la mujer recibe la mitad de bienes que el varón. Los talibanes aplican estrictamente estas normas islámicas.