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Un refugiado sirio asesina a cuchilladas a un empleado de Cruz Roja en Alemania

El agresor, ya detenido, discutió con la víctima en un centro de atención psicológica al que asistía

Imagen de archivo de inmigrantes a la espera de cruzar desde Austria a Alemania en 2015 Reuters

Rosalía Sánchez

Eran poco más de las diez de la mañana de este miércoles cuando un refugiado sirio y solicitante de asilo en Alemania acudía a su cita con un asesor de Cruz Roja, en un centro de atención psicológica para refugiados de la ciudad de Saarbrücken . En el despacho en que se habían reunido comenzó a escucharse una discusión a voces hasta que el refugiado de 27 años de edad abandonó la habitación cerrando la puerta tras de sí. Pasaron un par de minutos hasta que otros empleados del centro se decidieron a abrir la puerta para averiguar por qué no se daba paso a la siguiente cita en la agenda. Lo que descubrieron fue el cuerpo del asesor psicológico envuelto en un charco de sangre. La policía ha declarado que el suceso es «una discusión que fue a más y no tiene que ver con atentados terroristas».

El asesor de Cruz Roja falleció en el lugar de los hechos a causa de varias cuchilladas y tras media hora de intentos de sus compañeros por frenar las hemorragias y reanimar su corazón. La Policía detuvo poco después y en las inmediaciones del centro al asesino, que no opuso gran resistencia.

«Estaba junto a la puerta de un restaurante de comida rápida. Los agentes bajaron del coche y se acercaron a él. Enseguida lo redujeron y quedó tumbado en el suelo hasta que llegaron más coches patrulla y se lo llevaron detenido», ha relatado un testigo.

«Es especialmente triste que un ciudadano que se dedicaba a ayudar a los refugiados haya sido atacado de esta manera»

Oskar Lafontaine

«Estamos conmocionados. Es especialmente triste que un ciudadano que se dedicaba precisamente a ayudar a los refugiados , que hace un trabajo tan importante, haya sido atacado de esta manera y asesinado. Nuestros pensamientos están con sus familiares y ahora lo importante es que se esclarezcan completamente los hechos para tomar las medidas necesarias y que algo así no vuelva a suceder», ha declarado el carismático representante de Die Linke y uno de los políticos más reconocidos en El Sarre, Oskar Lafontaine , en referencia al detonante de la discusión y el ataque, que la policía todavía no ha logrado establecer.

Otro crimen por un refugiado el fin de semana

No es la primera vez que un refugiado se sirve de un cuchillo para llevar a cabo un asesinato en entornos supuestamente controlados. El pasado fin de semana, un afgano de 41 años asesinó también a cuchilladas a un niño de cinco años de edad e hirió gravemente a la madre de este, sin que haya podido establecerse el motivo de la supuesta riña. En aquel caso, se trataba un ex convicto portador de una pulsera de vigilancia electrónica en el tobillo y el ataque tuvo lugar en el mismo albergue de refugiados del que tenía prohibido alejarse. Alemania no ha encontrado todavía respuesta definitiva a la existencia de refugiados de conducta delictiva y no susceptibles de ser repatriados.

En el caso del ex convicto y asesino afgano, su abogado argumentó en su día que, debido a que tras su llegada a Alemania se había convertido al cristianismo, en la actualidad era perseguido en su país, por lo que no fue posible la deportación y pasó al estatus de solicitante de asilo «tolerado».

De hecho, hay muchos obstáculos para expulsar a los delincuentes: países de origen que se niegan a aceptarlos, carencia de documentos en regla que impide esclarecer su nacionalidad y también las guerras o ciertas enfermedades. «Alemania no puede expulsar a nadie a su país de procedencia si allí se ve amenazado con la pena de muerte o torturas, tampoco si su salud aconseja que permanezca en Alemania», explica el coordinador de Pro Asyl, Bernd Mesovic , que cita artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos.

Aunque entre la población alemana crece la asociación entre refugiados y delitos, la Oficina Federal de Investigación alemana ha presentado un informe según el cual el número de delitos cometidos por inmigrantes en 2016 descendió en más del 18% . «La mayor parte de los inmigrantes no perpetraron ningún delito», afirma el informe, del que solo se ha publicado una versión resumida y que recoge también los delitos por motivación política perpetrados contra los centros de acogida de refugiados, que fueron 976 en ese mismo año.

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