EE.UU. refuerza su presencia en el Golfo para evitar que Irán cierre el estrecho de Ormuz
Responde a la amenaza por el embargo petrolífero impuesto por Europa. Irán lleva a cabo maniobras militares con misiles de largo alcance
mikel ayestaran
Ormuz vuelve a convertirse en el epicentro de la tensión entre Irán y Occidente. La república islámica ha respondido al embargo petrolero de la Unión Europea jugando con la idea del cierre del estrecho por el que circula en barcos más de ... un tercio del consumo mundial de petróleo y Estados Unidos no ha dudado a la hora de reforzar su presencia militar en las aguas del Golfo Pérsico . Las últimas 48 horas de tensión han hecho que el precio del barril de petróleo supere los cien dólares (79 euros al cambio) después de tres semanas consecutivas por debajo de esta barrera, toda una advertencia de lo que puede ocurrir si se desatan las hostilidades. El parlamento iraní estudia aprobar una serie de leyes que impidan el paso por el estrecho a los países que participan en el embargo .
«Las sanciones nos hacen fuertes, afirma el régimen iraní
«Es una respuesta a la Unión Europea», según Agha Mohamadi, miembro del Comité de Seguridad Nacional de una cámara en la que 220 de los 290 diputados firmaron un comunicado en el que califican el embargo de «acto hostil». Pese al discurso oficial que repite hasta la saciedad lemas como «las sanciones nos hacen fuertes» o «llevamos tres décadas viviendo bajo un embargo», la república islámica ve como sus ingresos se hunden con la caída de sus ventas de crudo en un cuarenta por ciento, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), y por ello lo consideran una especie de declaración de guerra .
Mientras el parlamento condena a la UE y vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de cerrar Ormuz, la Guardia Revolucionaria lanzó decenas de misiles, sobre todo de tipo Shahab-3, capaces de alcanzar Israel y las bases estadounidense en Medio Oriente, desde varias regiones contra una réplica de una «base militar enemiga» construida en un desierto del centro de Irán. Las maniobras ‘Gran Profeta 7’ terminarán en las próximas horas, coincidiendo con la noticia adelantada por «The New York Times» que asegura que «la Marina de Estados Unidos ha duplicado el número de dragaminas asignados a la zona , hasta ocho navíos».
Además, ha desplazado al Golfo su primera base de operaciones flotante, un transporte anfibio reconvertido y barco de atraque bautizado como Ponce, que podría albergar a fuerzas de operaciones especiales. El refuerzo militar en la zona incluye también un aumento de aviones de combate F-22 y F-15C en dos bases de la zona. El diario estadounidense describe el despliegue como un mensaje dirigido a Irán para que « ni se le ocurra pensar en cerrar el estr echo ».
Programa nuclear
Las medidas de ahogo económico por parte de la comunidad internacional –embargo de crudo, prohibición a las compañías aseguradoras de trabajar con barcos que transporten petróleo de Irán y suspensión de operaciones con el Banco Central- tienen el objetivo final de que los iraníes detengan su programa nuclear y de momento han logrado que vuelvan a la mesa de negociación, nada más. Pero el diálogo no consigue desbloquear la situación y desde Occidente siguen desconfiando de la naturaleza pacífica de un programa que Irán ha logrado sacar adelante pese al bloqueo. La estrategia del palo y la zanahoria, basada en la combinación de negociación y sanciones, no funciona con la república islámica que considera la energía nuclear «un derecho».
Las cuatro rondas de sanciones impuestas hasta el momento por parte de Naciones Unidas no han sido capaces de frenar los avances de los científicos iraníes que ya enriquecen uranio al veinte por ciento y fabrican las barras de combustible con las que funciona el reactor médico de Teherán, lo que les permite asegurar los tratamientos de radioisótopos que precisan los 800.000 pacientes de cáncer del país. Pero también les acerca al control del proceso para purificar uranio hasta el 90 por ciento, lo que le permitiría fabricar bombas atómicas.
Junto a los avances nucleares, preocupa el desarrollo del programa balístico ya que la combinación entre ambos programas pone realmente en peligro tanto a Israel como a las bases americanas en la región, los dos grandes enemigos del régimen islámico.
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