Se reanuda el juicio de extradición de Julian Assange a EE.UU. tras el parón por la pandemia

Solicitado por la Justicia estadounidense por haber publicado una gran cantidad de información clasificada, Assange intentará a partir de este lunes convencer a la Justicia británica de que no lo extradite a Estados Unidos . Desde abril del año pasado, se encuentra en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, tras ser detenido en la Embajada ecuatoriana en Londres y después de que el Gobierno del país sudamericano le retirara el asilo político que lo mantuvo bajo su protección durante siete años.

El australiano, que cumplió en julio 49 años, dijo en la audiencia preliminar el pasado febrero que se niega a someterse a la extradición y sostuvo que su «trabajo periodístico protegió a muchas personas». Assange se enfrenta a hasta 175 años de prisión , acusado de 18 cargos de violación a la Ley de Espionaje de 1917 por obtener y publicar «información clasificada». Sus partidarios denuncian que el proceso supone un grave peligro para la libertad de prensa.

Estados Unidos lo acusa en particular de haber puesto en peligro algunas de sus fuentes al publicar en 2010 en WikiLeaks 250.000 cables diplomáticos y 500.000 documentos confidenciales relacionados con las actividades del ejército estadounidense en Irak y Afganistán. Entre estos documentos había documentados crímenes de guerra, como el del vídeo titulado «Asesinato colateral», que mostraba cómo soldados estadounidenses disparaban a civiles desde un helicóptero de combate en Irak en julio de 2007. Dos periodistas de la agencia Reuters fallecieron junto a una decena de personas.

En diciembre del año pasado, la organización Reporteros Sin Fronteras pidió su liberación por motivos humanitarios, y reprobó una vez más la «continua persecución de Assange por sus actividades periodísticas, lo que sienta un peligroso precedente». El pasado agosto, más de 160 abogados y juristas enviaron una carta abierta al primer ministro británico, Boris Johnson , exigiendo también la liberación de Assange, que solicitaron además 200 médicos de 33 países que dieron cuenta del importante deterioro de su salud en prisión. En marzo, la jueza Vanessa Baraitser ya había denegado su libertad condicional por mala salud, al considerar que presenta riesgo de fuga.

Por su parte, el director para Europa de Amnistía Internacional, Nils Muižnieks, aseguró en un comunicado hecho público el viernes que «si Julian Assange es extraditado, esto tendrá implicaciones de gran alcance para los derechos humanos, sentando un precedente escalofriante para la protección de quienes publican información clasificada de interés público», y agregó que «el Reino Unido debe cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, que prohíbe el traslado de personas a otro país donde se enfrentarían a graves violaciones de derechos humanos».

«Es desgarrador pensar que si extraditan a Julian y lo ponen en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos, los niños nunca conocerán a su padre y él nunca los verá crecer», declaró al diario «The Daily Mail» Stella Morris , pareja de Assange y madre de sus dos hijos, de uno y tres años. Ambos se conocieron cuando ella ejerció como una de sus abogadas. Asimismo, el padre de Assange, John Shipton , declaró que «la autoridad judicial del Reino Unido ha sido usurpada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos».

El coordinador de la defensa de Julian Assange es el español Baltasar Garzón , quien ha denunciado en múltiples ocasiones que su defendido es víctima de una persecución política.